Capítulo 2

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Pronto llegó el sábado, abrí mi armario y observé la ropa que guardaba. No sabía que escoger, quería ir bien, pero a la vez, no demasiado, que no pareciera que aquel chico me interesaba. Hacía una buena noche, por lo cual podía ir con ropa fresca.

Le pregunté, por vía de un mensaje, a Jade que se iba a poner. No tardo en contestarme. Llevaría un vestido corto y ajustado negro.

Miré de nuevo mi armario y decidí ponerme una falda con una camiseta ancha, más unas sandalias con tacones.

Levanté mi mano para observar el reloj, eran las diez menos cuarto, no había quedado con Jade hasta las diez, por lo cual me tiré en la cama. Contemplé el techo donde tenía una foto con mi hermana pequeña, otra con Jade y al lado una de mis padres. Respiré profundamente y cerré los ojos.

A las diez y tres el timbre sonó haciendo que me despertara, me retoqué el maquillaje y bajé. Jade había quedado con su prima Mindy para acudir y ha está la llevaban dos amigos llamados Gabriel y Dave.

—Lia —me llamó mi padre.

—Papá están ya fuera —intenté escaquearme.

—Solo quiero despedirme —pidió dándome un beso en la frente—. Pásatelo bien, y no vuelvas muy tarde, ni bebas.

—Vale —afirmé sonriendo y abriendo la puerta.

—Lia —Le miré poniendo los ojos en blanco—. Ten cuidado, ese bosque... es muy peligroso.

—Está bien papá, no te preocupes, hoy no es luna llena, los hombres lobo no salen —bromeé devolviéndole el beso—. Adiós.

—Te quiero —me dijo sujetando la puerta.

—Y yo —respondí entrando en el coche.

Desde luego que, si hubiera sabido que no iba a volverle a ver, aquella conversación hubiese sido muy distinta, de hecho, me hubiera quedado con él, disfrutando del momento. Pero, en cambio, era una adolescente que no tenía ni idea de donde me iba a meter y lo peor era que no me importaba.

Por el camino Dave saco unas botellas que guardaba entre sus piernas, era alcohol. Las abrió y comenzamos a beber, parecían buenos chicos, por lo cual nos dejamos llevar.

La casa se encontraba a veinte minutos del pueblo, el camino estaba lleno de curvas y baches, es decir, Gabriel, que era el que conducía, debía conducir con cuidado. Pero nadie se dio cuenta, así que este también se dejó llevar y bebió.

Esto causo que en una de las curvas el coche se saliera dando un par de vueltas. Todos gritaban, yo, en cambio, me mantenía en silencio observando las botellas de cristal chocándose con todo, el líquido mojándonos y una ola de malos pensamientos acechando mi mente.

Pronto perdí el conocimiento.

Cuando volví en mi todos estaban inconscientes, y recé para que nadie estuviera muerto, pero entonces me di cuenta de que en el coche solo había tres cuerpos contando el mío; es decir, faltaban dos personas.

Salí esperando encontrarles cerca llamando a la policía o al hospital, pero no se escuchaba nada. En aquel momento sentí que mis manos se humedecían, por lo cual levanté una, mi sorpresa fue que estaba manchada de sangre, observé el suelo sin poder moverme, había dos rastros de sangre que se perdían por la oscuridad de la noche en dirección al bosque.

Me levanté y comencé a andar, no sin antes llamar al hospital, seguí el rastro de sangre hasta un pequeño hueco en el cual no había ningún árbol. Un grupo de chicos compuesto por cuatro personas rodeaban los dos cuerpos de mis amigos.

Retrocedí asustada cuando pisé una rama que sonó haciendo que los jóvenes se dieran la vuelta, les miré fijamente a la cara y ellos me miraban como si hubiera cometido mi mayor error.

Entre la oscuridad y lo asustada que estaba apenas veía la cara de los chicos. Intenté pronunciar algo, no obstante, en cuanto vi sus ojos brillando un mal presentimiento recorrió mi cuerpo haciendo que saliera corriendo.

—¡Atraparla! —aulló uno de ellos.

Me perdí entre la niebla que formaba el bosque esperando que todo fuera un sueño, esperando que alguien me despertara cuanto antes.

Podía escuchar cómo me seguían, mi única esperanza era que apareciese alguien para salvarme o encontrar algún refugio.

Sin embargo, ocurrió la primera, me choqué contra algo o alguien haciendo que me cayera al suelo. Miré desorientada aquella silueta, no conocía a aquel chico, pero parecía agradable.

—¿Estas bien? —me pregunto agachándose para mirarme fijamente.

—Sí, gracias —respondí sonriendo.

—Me llamo Zayn —se presentó.

—Lia.

—¿Has tenido un accidente, Lia? —cuestionó, mirando mis heridas.

—Así es — En aquel momento escuche pasos—. Pero ahora debemos irnos, me están siguiendo.

—¿Te están siguiendo? —Asentí con la cabeza—. No te preocupes, yo me encargo.

Por un momento me sentí segura, como si hubiera acabado todo. Pronto aparecieron los cuatro jóvenes que me seguían, esta vez pude verles la cara y me llevé una gran sorpresa.

Dos de ellos eran Luke y Calum.

—Chicos... ¿Estos son los que te seguían? —Quiso saber Zayn.

—Sí —afirmé asustada.

—Ella nos ha visto —informó uno de los que no conocía más que de vista.

—¿Estás seguro Michael? —dudó.

—Estúpidos —insultó un chico que acababa de llegar.

—Pero Liam... nosotros solo... —intentó explicar el cuarto chico.

—¿No os dais cuenta Ashton? —Comenzó a explicar Liam—. Con la oscuridad no os habrá visto la cara, en cambio, ahora sí que sabe quiénes sois.

—Liam, déjales, no se han dado cuenta —persuadió uno de los dos que acababan de llegar.

—Niall, debemos enseñarles —continúo el otro.

—Lo sé Louis, pero ya no pueden hacer nada.

No obstante, aún quedaba un último chico, uno que yo conocía algo y había fijado su mirada en mi desde detrás de los cuatro chicos que me perseguían.

Era Harry.

—¿Y ahora qué hacemos con ella? —dudó Luke.

—¿Qué has visto? —Preguntó Liam.

—Nada —respondí sin comprender a donde querían llegar.

—Tienes que haber visto algo, tienes que saber lo que somos —aseguró Calum.

—No, yo no sé —Comenzó a decir intentando levantarme y dejando al descubierto una herida que aún sangraba—. Nada...

Al terminar de decir esto, los ojos de todos brillaron sin apartar su mirada sangre.

—Vampiros —afirmé al verle los ojos.

Fijé mi mirada en Harry quien decidió alejarse de nosotros y adentrarse en el bosque.

—Te llamas Lia ¿verdad? —Me preguntó Niall.

—Ajam —dije temiendo por mi vida.

—Cierra los ojos, duele menos —aconsejó Niall.

—¿Qué vais a hacer? —Quise saber intentando evitar que las lágrimas resbalaran por mi rostro.

—No vamos a matarte, si es lo que temes —tranquilizó Luke.

—Cierra los ojos —ordenó dulcemente Niall.

Sentí como pasaba sus dedos por debajo de mis ojos para limpiarme las lágrimas, poco después sentí un pinchazo que me hizo retorcerme y a continuación me desmayé.

Secuestrada por vampiros (SpV#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora