CAPÍTULO 28

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Dos cuerpos se movían lentamente entré las sábanas blancas de aquella habitación, los gemidos resonaban al igual que los latidos acelerados de aquellas dos mujeres que se besaban con desesperación. Con deseo. Las manos de Camila bajaban con seguridad, como si estuviera trazando un camino en un mapa que ya conocía de memoria, el cabello de Lauren se ondeaba como un abanico de un lado a otro siguiendo los movimientos que su contraría le indicaba.

No era necesario que hablaran, las caricias lo indicaban todo, Camila deslizaba sus dedos largos por la piel tibia de su amada. Podía sentir el palpitar de su piel en cada movimiento que hacía, sus dedos exploraban la cavidad húmeda de Lauren, quien se retorcía de placer en cada embestida que recibía con aquellos dedos majestuosos que conocían donde y como acariciar. Su clítoris estaba inflamado por la excitación y sus pezones se pegaban al pecho de Camila, se rozaban acariciándose unos a otros.

-¡Shhh! Tranquila mi amor...tranquila.- Susurró Camila sobre los labios ajenos, recorría cada centímetro de la boca, chupando y mordisqueando como si de una paleta se tratase. Sentir el cuerpo de su amada temblar gracias a ella le daba un placer indescriptible. Los gemidos le taladraban el cerebro y su aliento se volvía más pesado debido a la dificultad que sentía al respirar, aquellos dedos entraban con facilidad moviéndose en círculos recorriendo cada parte de los labios vaginales que quemaban y mojaban cada vez más.

Su otra mano se deslizo por sus perfectos pechos para delinearlos uno por uno.

Lauren estaba desconectada del mundo, no podía creer lo maravilloso que se sentía estarse entregando a la mujer que amaba. Era su primera vez juntas pero sentía esa conexión con sus cuerpos, como si se conocieran de toda la vida. Apretó sus músculos vaginales para impedir que salieran con facilidad aquellos dedos que la estaban enloqueciendo. Su boca estaba totalmente roja por los besos que se estaban dando, ella no era un experta pero cuando se amaba a una persona el cuerpo pero sobre todo el corazón te dicen que hacer así que sin más imitó la acción de Camila deslizando una mano sobre sus pechos para acariciarlos y jugar con aquellos pezones tan erectos mientras que la otra mano siguió su camino apretando su feminidad con el pulgar sintiendo lo empapada que estaba debido a la excitación del momento.

Gemidos, besos, mordidas y un movimiento del colchón fueron los protagonistas de aquella noche, el sudor cubría ambos cuerpos. Gemidos placenteros eran escuchados por los vecinos de aquel hotel. ¿Pero que más daba? El amor no se debe ocultar, no es pecado, es algo que tarde o temprano nos ocurre a todos sin importar el sexo o religión.

-Te amo...- murmullos y jadeos por parte de Lauren fueron bien recibidos por la contraría, se concentró en darle todo el placer posible y también en guiarla ya que no se quería quedar atrás con las caricias y aquellos dedos curiosos habían entrado sin problema sobre ella. Ambas se estaban dando tanto placer que cuando la luna brillo en lo más alto y alumbro aquellos cuerpos en la oscuridad de aquella habitación un primer orgasmo se escuchó acompañado de otro un poco más fuerte, ambas amantes habían llegado a la gloria, habían sentido el placer del deseo de la lujuria pero sobre todo se habían entregado a algo mucho más importante, mucho más único. Al amor. 

TU MIRADA (ADAPTACIÓN CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora