Capítulo 3

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A la mañana siguiente y con cierto silencio desayunaban juntos hasta que Darien decidió hablar.

- Espero puedas explicarme de qué demonios estás
hablando con eso de que - Miró al bebé dormido en brazos de ella. - es hijo de Mina -bramó con la boca tensa. Serena entendía completamente sus
sentimientos. Hacía quince meses él era el prometido de Mina. ¡Un pequeño
detalle que su hermana pareció olvidar cuando vio a alguien que le gustaba!

 ¡Un pequeño detalle que su hermana pareció olvidar cuando vio a alguien que le gustaba!

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- ¿No debería dar el biberón al niño antes? -preguntó ella con inseguridad.

- ¡Pues no creo! - Darien dirigió una significativa mirada al niño dormido.
Serena sintió cómo el calor invadía sus mejillas de nuevo. Normalmente ella
siempre tenía todo bajo control, sobre todo ante su marido, que siempre era tan
competente.

Y no se sintió más cómoda con la situación cuando los dos colocaron al niño en
su portabebé y lo taparon. Parecían un par de padres con su adorado hijito, por Dios santo... y, teniendo en cuenta el estado estéril de su matrimonio, era algo que nunca ocurriría.

- Hora de una copa, creo -murmuró Darien una vez que dejaron al bebé en la
habitación de invitados.

-Voy por mi bata -le dijo Serena

Darien la miró de reojo.

-He visto mujeres con menos ropa -dijo con desdén.

Ella se echó el rubio pelo hacia atrás, levantando la barbilla con altivez.

-A mí no -replicó.

-Cierto -murmuró él burlonamente-. Pero eres mi esposa...

Serena sabía que lo era. No hacía falta que se lo recordara. Y tampoco que había habido otras mujeres en la vida de Darien antes de casarse con ella.

¿Y desde entonces...?

¡No! Esos pensamientos no la llevaban a ninguna parte... excepto a noches sin
dormir, torturándose mientras se preguntaba si Darien estaba realmente fuera por trabajo, o podía haber otra razón, alguien...

Era un aspecto de su matrimonio del que no habían hablado cuando decidieron casarse hacía catorce meses. En ese momento a Serena no se le había ocurrido hablar de ello, suponiendo que Darien haría su vida. Pero hacía unos meses que había empezado a pensar en esa parte de la vida de Darien ...

Porque era un hombre muy atractivo, y sería ridículo pensar que había permanecido célibe durante su matrimonio. ¡Y ciertamente no había sido ella con quien

había hecho el amor...!

Darien había servido ya las bebidas cuando ella se unió a él en el salón, donde el

fuego encendido animaba la habitación. Lo que estaba bien, porque la severa expresión de Darien era de lo menos alentadora.

-Así que, como era de esperar, y como lo hemos hablado antes., ha vuelto a hacerlo...

-No exactamente - Serena bebió agradecidamente -. Es decir, sí, han traído a Diego, pero no ha sido Mina. Verás...

-No... no lo veo -la interrumpió él con frío desdén-. Pero tratándose de tu irresponsable hermana, ¿quién ve algo claro?

Serena ni siquiera intentó defender a su hermana gemela. No podía imaginar a dos personas más distintas que Mina y ella; Mina recorría el mundo en busca de las últimas primicias, y era raro que pasase mucho tiempo en el mismo sitio, mientras que Serena había vivido en Tokio toda su vida, dedicada a forjarse una carrera en el mundo de la moda.

No, no podía decir que comprendiese la necesidad que tenía su hermana gemela de viajes y emociones, pero aun así era su hermana...

-Mina está en América -le dijo a Darien sin alterarse-. La niñera de Diego se
casó hoy, y obviamente no podía cuidarle...

-Obviamente -reconoció Darien indignado.

Serena respiró hondo, controlándose, sabiendo que el enfado de Darien era justificado.

-Pero la niñera me ha asegurado que Mina tendría que volver el lunes -añadió
más con esperanza que con seguridad. -Admito que es una molestia...

-¡Molestia! -repitió Darien sacudiendo la cabeza irritado-. Teniendo en cuenta que ni siquiera han hablado durante un año, lo encuentro increíble. ¡Aunque ya no me sorprende nada de lo que hace tu hermana! -añadió bruscamente.

Consternada, Serena se dio cuenta de que a Darien todavía le importaba. Hacía

quince meses que Mina había roto su compromiso sin ninguna consideración, pero por la amargura que mostraba Darien, estaba claro que todavía no había olvidado el insulto. O perdonado...

¿Y por qué iba a hacerlo?

¿No era por esa razón por la que Darien y ella se habían
casado...?

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