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-El es el Mati, incluyanlo porque está medio apartado pero es super simpático.

Los ojos de Matilde estaban fijos en el muchacho, alto, con el pelo largo y rizado. Parecía no prestar atención, no tener la mirada fija en nadie. Unos ocasionalmente sarcásticos comentarios salían de su boca para luego volver a ese imperturbable estado de distracción.

Y lo supo, su atención estaba centrada en el mayor.

Matilde y otras farsas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora