Epílogo

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Seungcheol tomó un sorbo de la taza de café en su mano, el aroma era exquisito. Ahora entendía porque Jihoon prefería viajar dos horas para conseguir ese café que comprar cualquier otra marca en el supermercado de la localidad.

Caminó por la casa admirando su nueva adquisición; se detuvo en el respaldo del sillón y se recargó mirando hacia el patio.

Tan verde, tan amplio, tan...

-Odio a esa señora loca, ¿por qué la dejan entrar al supermercado?

Jihoon cerró la puerta con sus pies pues sus manos estaban llenas de bolsas plásticas con víveres.

-Estaba en la fila listo para pagar cuando esa mujer apareció y comenzó a sacar las cosas del carrito -hablaba mientras acomodoba las latas en la alacena-, aún estaba tranquilo hasta que tomó la canela, ahí casi me vuelvo loco porque la abrió y... Seungcheol, ¿me estás escuchando?

-Jihoon, ven aquí -extendió su mano para que el menor la tomara- Dime, ¿qué ves?

-Nuestro patio.

-No sólo eso, Jihoon, abre tu imaginación -colocó su brazo frente a Jihoon y lo movió de un lado a otro.

-Lo que me gustaría abrir ahora son mis piernas -susurró coqueto cerca de su rostro.

-Jihoon, me refiero a que.... Oh

Era en momentos como ese cuando le daba la razón a Jihoon: una casa era lo mejor. Seungcheol deseaba un departamento en la ciudad, pero Jihoon había insistido en tener su propia casa. Y resultó lo mejor porque Jihoon gemía como gata en celo. Casi los corren del hotel durante su Luna de miel, se quejaban de los escandalosos gritos de los que tenían sexo todo el día, todos los días.

Terminaron casi al mismo tiempo, Seungcheol primero y Jihoon unos segundos después. Se desplomó en el pecho desnudo del pelinegro mientras Seungcheol aprovechó para salir de él.

Se quedaron así, con Jihoon acostado en su pecho y el azabache dibujando círculos en su espalda.

-Quiero adoptar -soltó de repente.

-¿Qué? -respondió sorprendido- ¿Adoptar?

La única respuesta que obtuvo fue una sonrisa del pelinegro.



-Ese es muy feo.

-Oye, vas a herir sus sentimientos.

-Nació hace un mes, dudo que pueda entenderme -rodó los ojos; comenzaba a fastidiarse.

-¿Ya decidieron cual? -preguntó la señorita

-Aún no, gracias -contestó Seungcheol- ¿Qué te parece ese?

-No me gusta su piel negra.

-Okay, escucha -tomó ambas manos de Jihoon entre las suyas y bajó un poco su rostro para quedar a la altura- Está es una decisión importante y no quiero que sea sólo mía, quiero que sea de ambos, pero necesito tu cooperación, ¿está bien?

-De acuerdo.

Caminó por los alrededores alejado de Seungcheol, escaneando a las criaturas. Se detuvo en un pasillo donde vio a uno pequeño jugando con una pelota de tenis. Corrió hacía su esposo y comenzó a jalar de su manga mientras señalaba el lugar donde recién estuvo.

-Ahí, ahí, ahí -saltaba- Quiero ese.

-Disculpa, ¿podría informarme sobre ese?

-Claro.

Eres...INSOPORTABLE [JICHEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora