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Seungcheol sabía que lo que dijo aquella vez no era verdad. Desde luego que no odiaba a Lee Jihoon; todo lo contrario, lo amaba.

Jeonghan solía reírse de él por lo tonto que era enamorarse de alguien a quien conociste sólo una semana. Había días en que Seungcheol solía deprimirse, no quería jugar e incluso soltaba alguna lágrima, entonces Jeonghan se molestaba con él y le gritaba muchas cosas feas, pero era su mejor amigo, claro que no podía enojarse con él, por eso siempre después de cada pelea Jeonghan le daba a Seungcheol una bolsa de osos de goma, era su manera especial de pedir disculpas, sobre todo porque era la golosina preferida de ambos.

Cuando Seungcheol cumplió 11 años, su padre recibió una invitación para unirse a un bufete de abogados en la capital, una oferta de trabajo muy jugosa, tanto que nadie podía resistirse, ni siquiera su padre. Su mamá desde luego que no puso pero alguno, y Seungcheol, siendo menor de edad, no tenía voz ni voto.

Hizo sus maletas tratando de cambiar su mentalidad, de ver el lado positivo: conocería nuevos lugares, nuevas personas, viviría en la metrópoli, tal vez podría conocer algunos idols, o asistir a las grabaciones de algún programa de televisión, sin duda habría muchas tiendas lujosas y tal vez extranjeros. Aún así dolía dejar lo que en ese momento era su mundo, aunque era poco, lo era todo para él.

Jeonghan lloró cuando Seungcheol subió su última maleta al taxi, se despidieron con un abrazo y prometieron llamarse todos los días, y Seungcheol le obsequió a Jeonghan una dotación de osos de goma.

-Es por si alguna vez necesito pedirte disculpas por algo, pero estoy muy lejos de ti... -le dijo.

Seungcheol dejó atrás a su hermoso Daegu, con la mano en el pecho prometió jamás olvidarse de sus raíces.

La adaptación en Seúl fue difícil al principio, sobre todo aquellas burlas de sus compañeros que le daban apodos como "campesino" o "granjero" que no tenían sentido alguno; Seungcheol ni siquiera tenía acento diferente, pero ellos parecían encontrar gracia en su manera de hablar. Con el tiempo decidió entrar al equipo de natación, convirtiéndose en uno de los mejores y ganándose el respeto de sus compañeros.

Dos años después de haber llegado a Seúl, su padre recibió una llamada de un viejo amigo natal que deseaba comenzar su vida de nuevo en la capital del país. Hyunhoon le había pedido ayuda para hacer algunos trámites necesarios para cambiar a Chan de escuela y para conseguir un lugar en Seúl tanto para vivir como para iniciar un negocio.

Seungcheol estaba enterado de la ayuda que su padre le estaba dando a Hyunhoon, y también sabía que era el tío de Jihoon, por eso no resistió  a revivir esos momentos del pasado y se acercó a él, al principio con la intención de saber sobre el pequeño, pero con el tiempo se volvió natural sus visitas a la nueva cafetería recién inaugurada. Aprendió algunas cosas sobre el café y también sobre la repostería, pero la verdad Seungcheol prefería comer. A pesar de compartir tanto tiempo con Hyunhoon, nunca se hizo tan cercano a Chan, aunque fueran de la misma edad. El pequeño se la pasaba entrando y saliendo del lugar, yendo a clases de pintura, de baile, de violín e infinidad de otros talentos. Tiempo después apareció Soonyoung, el hijo de Soonki, y este se volvió muy cercano a Chan, así que cuando Seungcheol se topaba con alguno de ellos no hacía más que desear un buen día.

Al padre de Seungcheol no le importaba que su hijo pasara sus tardes con un adulto en vez de salir a divertirse con los chicos de su edad; le gustaba la idea de que aprendiera de las personas mayores y maduras, para que él comenzara a hacer lo mismo, así que cuando la idea de que Seungcheol se tomara de la mano con la independencia le atravesó la cabeza, nunca la pudo sacar de ahí hasta no verla cumplir.

Desde tiempo antes Seungcheol la había considerado la Universidad de Seúl como su primera opción, pero debido a que vivía cerca del centro de la ciudad, no consideró necesario solicitar beca domiciliaria. Los nuevos planes de su padre cambiaron el curso de sus metas. Al principio sintió como si fuera echado de su propia casa, pero sabía que sus padres salían de viaje cada dos días y, siendo hijo único, eso volvía su hogar solitario y aburrido. Además su padre mencionó que estaría mejor vigilado bajo la supervisión de los prefectos y rectores.

Eres...INSOPORTABLE [JICHEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora