A Ella Tu Lealtad, A Mi Tu Cuerpo [Dedicada A @rosaliaocejo] ||2da Edición||

♠Final♠||Editado||

Atención: Capítulo muy largo.

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Corriendo agitado entre pasillos oscuros y entre paredes semi-destruidas se abría paso un castaño, que portaba vestiduras que en una primera vista se confundirían con pedazos extraños de metal pegados de alguna forma a su cuerpo y de color del cielo, estaba con el tiempo encima y con el enemigo pisandole los talones. Dos cuerpos pequeños estaban escondidos en los brazos de aquel hombre que corría desesperado por encontrar un escondite, o al menos llegar a con algún amigo.

Su mente estaba nublada por sentimientos que en su mayoría eran oscuros, lanzó al aire con un impulso en sentido vertical aquellos dos cuerpecillos mientras se giraba y con una velocidad inhumana expulso de sus puños una energía que emanaba de su cuerpo, eran miles de golpes los que daba hacia una dirección que se compararía con unos meteros impactando contra la entrada de un pasillo angosto.

Usando esa velocidad tomó a los dos infantes que cargaba anteriormente antes de que éstos tocaran el suelo, con su acción anterior logró bloquear la última salida existente a aquél pasillo que daba a un muro extraño y con grabados colosales en su superficie. Él sabía que no tenía mucho tiempo, debía darse prisa y emanando esa extraña energía de su cuerpo, hace un llamado a una hermosa mujer de azabaches cabellos con un vestido del color del firmamento estelar.

Aquella mujer tenía en sus manos dos cofres de inusual apariencia, uno de ellos era grisáceo, como si fuera una tumba en miniatura de mármol con detalles y grabados en oro dorado y negro; el segundo cofre su estructura era de oro negro con grabados de un mítico animal alado con ojos de rubí, había una leyenda en la parte delantera de dicho cofre.

El castaño no necesitó de palabras, bastó de una mirada cargada de dolor por parte de quien fuera una de sus mejores amigas para hacer su deber, completar una importante misión: Salvar a sus hijos.

---¿Papi? - la voz de quien era su hija mayor llamó su atención, notó ese par de ojitos acuosos y asustados que buscaban respuestas al situación que antes presenció ella,su hermano y su madre, aquél suceso donde miró como esa señora loca entró a su hogar y se abalanzó contra su padre.

---Luka, mi princesa... Todo está bien, sólo necesito que tú y tu hermano entren a una bonita habitación. Ahí estarán a salvo, te prometo mi corazón que iré por ustedes en cuanto esté con papi Alone, ¿Si princesa? - suplicó a la pequeña, su hermanito no entendía lo que sucedía por lo que la mente de la niña mayor recordó que debía cuidarlo.

---Papi... ¿tú y papi Aone venda po nosotos veda?

---Por supuesto mi vida, tenlo por seguro. Nunca los olvidaríamos, ahora cierren sus ojos - los menores cerraron sus ojos, el castaño miró a su amiga quien derramando su sangre en el segundo cofre fue que abrió la tapa de dicho objeto.

El cofre emitió una luz azul, pronto el cuerpo del bebé castaño comenzó a ser absorbido junto al de su hermana, cuando hubo tragado a ambos volvió a cerrarse.

Todo sucedió en cámara lenta para el que portaba una armadura oscura, sus orbes chocolates no dejaron de derramar gotas de agua salada que caían al suelo, el dolor que ahora había crecido en su pecho sumado al que ya tenía por haber perdido a el amor de su vida, le cegó de odio, rencor y deseos de una sanguinaria venganza en contra de aquella maldita zorra que en su afán y obsesión de tener todo para ella, acabó con su felicidad y juraba por Zeus mismo que la haría pagar, si no era en esta vida, sería en la otra.