♠11♠ ||Editado||

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De nuevo estoy en el mismo lugar,  observando con gran tristeza todo aquello que una vez me perteneció.  Miro como los seres humanos toman sin permiso cosas ajenas,  como arrebatan la vida de seres inocentes y no inocentes de maneras que nunca había siquiera imaginado. 




Ellos dañan lo que les rodea,  sin sentir tantita pena o lástima de ese hermoso ambiente que mucho les ha brindado para que prosperara su vida,  ahora cada que tocan algo, lo destruyen sin misericordia alguna.  Mi corazón se estruja al mirar como hay muchos pequeños que piden un poco de alimento y nadie les presta atención y si lo hacen,  les propinan golpes y castigos. 




Mi amada Tierra se sume en el dolor,  la violencia, la indiferencia,  el egoísmo,  la avaricia,  la lujuria y en muchos otros sentimientos insanos.  Debo salvarla,  Hades no te vas a salir con la tuya.  





La impotencia me carcome cada centímetro de mi piel,  es una maldita tortura la espera de que llegue la tan anhelada ayuda de mi último Az bajo mi manga.  Furiosa, desesperada,  deprimida es poco lo que me pone el imaginarme a mi adorado Tenma bajo los maltratos que posiblemente ese miserable le esté dando.  Nada me asegura que si ya ha comido algo sano y bueno,  si duerme en algo cómodo, sino está lastimado u otras cosas peores. 





——— Tenma,  te juro que te rescataré.  Sólo espérame un poco,  la ayuda viene en camino.  —suspiro con ahora más tristeza y ansiedad que enojo.  Quiero pensar en lo que haré,  no puedo estar con mi Tenma por mi propia estupidez,  amar a todos lo caballeros por igual...




Aunque, pensándolo mejor es algo que le puedo sacar mucho, pero mucho provecho.  Debo amar a mis caballeros y ellos igual a mi,  pero Tenma es el último que queda, eso significa que... —Claro,  Tenma tiene que estar a mi lado por su deber y amor hacia mi.  Así yo igual,  él es el último caballero y por lo tanto mi amor será suyo.  —suspiro ahora mucho mejor.  Está garantizada mi victoria y el amor de Tenma será sólo para mi. 




Nadie puede separarnos, me es fiel e incondicional que no dudará en ser mío de una vez por todas.  Y ahora tendré a la pobre Tierra,  les juro a ustedes humanos que haré todo lo posible porque todos estemos bien y sin maldad.  Haré todo lo que esté a mi alcance para que vuelva a ser  la vencedora en esta guerra santa. 


Debo tener listo mi plan, nada puede fallar pues él no se lo espera.  Cierro mis ojos imaginandome rescatando a mi Tenma,  que él me de un gran abrazo y beso por ser su salvadora, así también pisotear la cabeza de Hades mientras la Tierra vuelve a la normalidad y yo me elevo como su dueña, después del casaré por la iglesia con mi amado castaño, disfrutaremos de nuestra noche de bodas y luna de miel... ¡Oh! No hay que olvidar cuantos hijos tendremos,  quizás tres o cinco, todos castaños como mi Tenma. 





Sí, eso de seguro pasará.






——— ¿Otra vez perdiendo el tiempo en patéticos sueños y planes de rescatar a la Tierra?  Athena —la voz de un dios que repugna mi amado mundo,  me distrae y saca de mis fantasías.  Tan concentrada en mis pensamientos estaba que no noté en cosmos poderoso de aquél dios de cabellera rojiza como el fuego del astro Sol. 

No le miro, me mantengo en mi posición mirando otra vez a la Tierra.  No le daré el gusto de que me afecten sus palabras vacías y sin sentido alguno.



——— Es muy mi asunto,  Apolo,  si pierdo mi tiempo en salvar a mi amado hogar.  — le respondo de una manera seca y cortante.  No estoy de humor luego de que me sacara de la mejor parte de mis fantasías.




——— Ay Athena.  La verdad no entiendo esa necedad tuya el llamar a ese miserable planeta como tu hogar,  claramente ya lo estás pero tu juicio ha perdido su veracidad. — suelta un suspiro.  Yo bufo en bajo pero aún así no le dirijo la mirada.



——— No sabes nada sobre la Tierra, Apolo. —suelto de manera cortante—La Tierra tiene demasiadas virtudes. Es amable,  fuerte,  decidida,  sus habitantes tienen una gran belleza tanto interna como externa... —suelto un suspiro al pensar en Tenma— Caballeroso,  audaz,  veloz,  siempre cumple sus promesas,  valiente,  es perfecto...




———¿Quién?  ¿La Tierra o el estúpido mortal que has descrito?


¡Pero que estúpida soy!  Me he delatado sin querer,  debo pensar mejor lo que sale de mi boca.  Tengo que arreglar este lío.




——— Por supuesto que a el planeta Tierra.  Apolo solo piensas tonterías,  ruego por privacidad así que solicito que se retire.




——— Tarde o temprano te darás cuenta que la Tierra no es más que una causa perdida.  Su única salvación es su propia autodestrucción,  no hay otro destino para esa asquerosa raza y más vale que tú estés con Tu Familia y en Tu verdadero hogar.  — me responde a la ofensiva,  escucho que algo bebe.  Debe ser vino de Dionisio,  no sabes que si me regreso al Olimpo, no lo haré sola.  No, por supuesto que no.


No le respondo, en vano gastaría energías, palabras y mi valioso tiempo en darle una respuesta a sus estúpidos comentarios.


——— Por cierto Athena,  te tengo un regalo.  Es sobre el último caballero vivo que tienes —ríe suave pero con mucha malicia.  Rápidamente me volteo.  Le noto que sonríe cínicamente— Oh,  ¿Ese caballero si te importa tanto como para dirigirme la mirada?




——— Solo dime cómo está Tenma.




——— En las sabanas y bajo el cuerpo de Hades,  querida.  Te ha traicionado o quizás es que ha visto tu verdadero rostro, Athena




——— ¡Mientes! ¡Mi Tenma jamás se enredaria con ese mequetrefe de dios! — No-o... Mi Tenma me ama.... Tenma me es fiel... Tenma es solo mío... Y no es un asqueroso pecador... No...  ¡No!



——— Observa por ti misma — traía una copa de vino,  deja caer el contenido pero en vez de tocar el suelo, se queda suspendida la sustancia en el aire para encenderse llamas a su alrededor y mostrarme las más asquerosas, repugnantes y repulsivas imágenes que jamás había visto...





——— No-o... Tenma ¿Cómo pudiste? 



Mis lágrimas caen a medida en que veo a mi Tenma ser penetrado por el asqueroso de Hades,  sin oponer resistencia aparente y besarse sin pena alguna. Termino doblándome sobre mi misma para dar unas arcadas y vomitar ante tal asquerosidad vista.  Solo escucho las carcajadas de ese maldito de Apolo.



——— Pobre de ti Athena, te has quedado completamente sola...




















A Ella Tu Lealtad, A Mi Tu Cuerpo [Dedicada A @rosaliaocejo] ||2da Edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora