Lost

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-¡Rin!- el pequeño Yugo se precipitó hacia donde su amiga lo esperaba, sentada en un verde prado del orfanato donde ambos vivían.

-¿La conseguiste?- preguntó la niña emocionada.

Yugo asintió mostrándole a la niña la muñeca de trapo que había rescatado.

Rin, contenta como nunca antes tomó la muñeca entre sus manitas y luego se lanzó a abrazar a su amigo.

-Muchas gracias Yugo- dijo abrazada a su cuello.

El niño se sonrojo por el contacto pero sonrió y contestó -no fue nada- antes de que su amiga se apartara.

-De verdad muchas gracias Yugo- repitió Rin, había estado tan triste cuando aquellas niñas malas habían apartado a su preciada muñeca de ella, dado que vivían en un orfanato eran pocas las cosas que podían llamar propias así que esa muñeca tenía un gran valor para ella.

-No fue tan difícil- contestó Yugo orgulloso de si mismo a pesar de que, de hecho, le había tomado bastante recuperar la muñeca.

-¿Estás bien Yugo?- preguntó Rin mirándolo de pies a cabeza, sabía que su amigo siempre mentía para no preocupar a los demás -ellas no te lastimaron ¿verdad?-

Yugo negó, sin embargo pronto la niña fue capaz de ver el raspón en el brazo de su amigo.

-Yugo estás sangrando- dijo dejando la muñeca a un lado.

-¿Qué?- dijo Yugo antes de mirar su bracito -esto no es nada- sin embargo eso no detuvo a Rin de tomar el borde de su falda y romper la tela -Rin no, tu ropa- ellos no tenían muchas cosas, no quería que su amiga las perdiera por su causa.

-Es solo ropa- respondió la chica rasgando una tira de tela del borde de la falda -tú eres más importante- dijo firmemente antes de usar la tira para cubrir la herida de su amigo.

-Rin- fue lo único que pudo decir Yugo realmente tocado, no había duda en su mente de que, en ese lugar de desesperanza por lo menos siempre podría contar con su mejor amiga Rin.

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Yugo estaba contento, tenía la atención de Yuya solo para él y no solo eso, sino que tenía la oportunidad de probar sus nuevas máquinas en un entorno real, el profesor estaría orgulloso, claro, si lo hubiera permitido. Estaba seguro de que se ganaría una buena reprimenda por eso, sin embargo, creía en que valdría la pena, eso si lograba descubrir lo que hacía tan especial a Yuya.

-¿Tu eres el encargado de defender este sitio?- preguntó Yugo, su voz ligeramente modificada por el dispositivo en su cuello adherido a la armadura.

-Tu eres uno de los generales de Leo- dijo Yuya, su posición insegura le dijo a Yugo que el chico apenas contaba con algún tipo de experiencia en combate ¿era por eso que Yuto se había compadecido de él? Bueno, tenía sentido, pero Yugo no se iba a dejar engañar, si Yuya compartía su mismo rostro debía de haber algo especial en él, aun y cuando los máximos poderes de cada dimensión ya estuvieran en manos suyas y de sus homólogos Yuto y Yuri.

-Parece que sabes algo de nosotros- contestó Yugo complacido antes de sonreír -entonces no te molestará tener un combate conmigo ¿verdad?-

-¿Eh?- Yuya estaba en blanco, Reiji le había advertido de no enfrentarse a los generales de Leo, de huir en caso de necesitarlo ¿qué iba a hacer cuando el general parecía realmente interesado en pelear contra él?

-Vamos, no seas tímido- animó Yugo -prometo no matarte, por lo menos- se rió de su propia broma antes de levantar sus manos, para la sorpresa de Yuya no tardaron en aparecer un par de pistolas blancas con partes verdes y negras -vamos a ver que te hace tan especial-

Gravity of youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora