El juego (El asombroso mundo de Gumball) -Portada En Proceso-

Catorce: No más plan B

Entonces Gumball, con toda su fuerza de voluntad —y claramente sin acordarse de que hace poco rato le habían tirado desde muchos metros hasta el suelo y de que había viajado a su propia mente—, decidió ayudar a su hermano Darwin a convencer a Kail de que se fuera al lado bueno. Dios, menuda frasecita :v

Se apoyó en una caja de madera para levantarse, mientras la cabeza le daba vueltas. "No sabía que pesaba tanto como para que me doliera la cabeza luego de estar en ella, pero lo de la dieta no me convence..." Pensó, aturdido.

Entonces dio un paso adelante hasta que Darwin y Kail se fijaron en él. A Darwin se le iluminaron los ojos y corrió a abrazarle, Kail le miró con fiereza.

—¡Gumball! —Saltó el pez.

El nombrado le devolvió el abrazo.

—¿Te has hecho daño al caer? —Le preguntó.

—Creo que sí, pero tú no te vas a creer lo que me ha pasado gracias a eso —Los hermanos olvidaron que su enemigo estaba detrás de ellos—. He entrado dentro de mi propia mente, y os he oído hablar antes. He comprendido que la mejor forma de solucionar todo, es...

—¡Creía que había acabado contigo! —Rugió el conejo gris.

—Siento decepcionarte, Kail —Le reprochó Gumball—, pero que sepas que aunque me tiraras con más fuerza no me habrías matado.

—¿No? —Le miró Darwin— pues qué alivio.

—¿Que no? ¿Y qué ha pasado entonces? —Se burló Kail— Si estabas dentro de tu mente, será que te has muerto, o por lo menos por unos minutos.

—Nadie es capaz de resucitar (salvo Jesús, supongo) No me he muerto, ni que fuera un zombie. Si acaso, igual solo me he desmayado.

—Exactamente —Darwin apoyó la idea de su hermano—. Así que no te sientas orgulloso, porque no has matado a tu enemigo.

—Y ni siquiera tiene sentido —Siguió el gato azul—. Gracias a eso, he podido comprender la forma de detenerte. Así que en teoría, nos has ayudado a pararte los pies a tí mismo.

Los dos Watterson se rieron.

—¿Y cuál es, eh? —Se burló Kail de nuevo—. Seguro que lo único que no tiene sentido es tu teoría de cómo vencer a alguien, pues sois demasiado tontos como para diseñar un buen plan. Es más. Si en verdad has estado dentro de tu mente, habrás visto que no hay nada. Solo un orcuro vacío dentro de una cabeza hueca azul.

Gumball miró al suelo, avergonzado. Es cierto que tenía un plan, ¿Pero y si no funcionaba o le hacía quedar en ridículo? Eso sí sería malo. Y no quería otra pelea, como las otras dos veces. Quería algo diferente que le hiciese desaparecer para siempre.

—Bueno pues... Cómo alguien muy cercano a mí me dijo una vez... Este es el mejor consejo para hacer desaparecer a un enemigo.

—¡Dilo ya!

—A veces es difícil de hacer, o duro para uno mismo. Sin embargo, yo estoy dispuesto a aceptarlo siempre que funcione.

—¡Desembucha!

—Como tú, mi queridísimo hermano me dijiste, no hay mejor forma de hacer desaparecer a un enemigo, que haciéndolo tu amigo.

Las palabras de Gumball eran completamente acertadas, y se coordinaban bien con la idea de Darwin de hacer olvidar a Kail el motivo de su odio. Esto creó una fuerza especial, en forma de ambiente de amistad, que cualquier persona que lo sintiera le apetecería darle un abrazo a su peor enemigo.

Sin embargo, Kail no era cualquier persona.