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-continuación 1 año antes-
Estaba apoyado en el tronco de un árbol, y Lee estaba entre sus piernas, en su pecho tenía apoyado la espalda ajena, tan pegados que parecían uno solo. Esa colina secreta que una buena noche habían descubierto, protegía ese amor que tanto profesaban.
Habían hecho el amor una, otra y otra vez. Y ahora podía olerlos; ambas escancias mezcladas como una misma, un solo ser.
—¿Me extrañaste? —cuestionaba Taemin, sin mirarle, aun viendo hacia adelante, hacia la ciudad llena de luces, como un árbol de navidad, perdiéndose entre la caricia de las grandes manos de su amante y esa añoranza que parecía saciándose de a poco.
—Te lo grité tantas veces mientras llegaba, ¿acaso no me crees? —se hace al dolido y Taemin ríe divertido, girándose para verle.
—Quiero asegurarme de que me extrañaste a mí, y no sólo mi trasero, tonto Choi.
Le fascinaba que hable de esa forma. Lo había malcriado completamente, le había quitado los modales, sobre todo cuando lo hacían.
—Ese es mi Lee Taeminnie —le besa tan suave que parece ser su primer beso.
Y Minho sintió como la respuesta a todo se aclaraba, las ideas parecían tomar su lugar, los pensamientos dejaban de doler y pesar en su alma. Él era el indicado, su amor lo era.
—Creo que hice un buen trabajo este año —afirma sintiendo como el amor desbordaba su corazón y le dejaba probar un poquito a ese Omega de pelaje color fuego, que en su forma humana hacía morritos para ser besado.
—¿A dónde fuiste?
—Es una larga historia.
—Tenemos una larga noche por delante.
Y él sabía cómo desarmarle, sobre todo cuando se convierte en su forma animal mostrándole su bonito pelaje que tenía brillos dorados y rojizos, y empezaba a lamerle la cara para molestarle, sólo que ahora era más grande y se mostraba tan orgulloso y juguetón. Él no se quedaría atrás, pese a que no había vuelvo a convertirse en su forma animal por tanto tiempo. La última vez, recuerda, fue cuando intentaba huir de un barrio de asaltantes, al cual había entrado sin ser advertido.
Siente el calor recorrer cada músculo, cada fibra arde en llamas cuando su lobo completamente negro sale libre y se sacude y estira antes de ir a molestar a su lobito de fuego. Ambos empezaron a jugar como dos cachorros, mordisqueándose la cola, las patas, el cuello, acariciándose el uno contra el otro. Reconociéndose y amándose mientras el lobo más grande envolvía al pequeño para protegerlo del frío, y mentalmente empezaba a narrar cada historia que parecía tan lejana.
Como futuro alfa tenía ciertos dotes, los cuales sólo utilizaba con Lee. Sólo con él se había comunicado mentalmente, con los demás no lo había visto necesario. O simplemente ni se había interesado en ello.
A veces era tan irresponsable. Y simplemente daba igual.
Siente los rayos del sol acariciar su pelaje, siendo negro los atraía rápidamente, sólo que nunca llegaron a calentarlo tanto, casi como si estuviera siendo calcinado desde dentro.
Su mente estaba apagándose y él abrió los ojos rápidamente, aunque fuera doloroso. Por la maldita mierda. Podía reconocer ese olor embriagante, y su mente empezaba a nublarse. ¡Mierda!
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Por Amor - 2min
Fanfiction~Obtenemos lo que merecemos~ 2min - Omegaverse Dedicado a Edith Tapia, Ganadora del concurso "Mi historia entre tus dedos"