Parte final
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Siente una picazón en la pata y se resiste a abrir los ojos inmediatamente, se sentía cansado y aún su cuerpo entero dolía. ¿Realmente estaba vivo? ¿No había alucinado con ese rescate?
Quizá seguía en aquella celda maloliente y todo había sido producto de su mente demasiado tribulada por el dolor.
Siente una leve respiración a su costado y con dificultad abre los ojos, porque parecía que algo había pasado con su olfato. Cuando se enfoca en esos labios rosados y carnosos, cree que está muerto. De otra forma no podría volver a sentir cómo había ido enamorándose del dueño de aquellos morritos pecaminosos.
Él dormía, y no lo despertó, sólo se quedó mirándole por un momento hasta que una horrible sensación de hambre hizo arder su estómago. Y se había convertido a su forma animal, realmente estaba muerto.
Jura que no es cierto, estar en esa habitación que estaba iluminada por el sol, y con su amor a ahí cuidándole, y él en su forma animal. Era extraño, difícil de creer, cuando le habían inyectado tanto de aquel suero que evitaba que se convirtiera en lobo. Y sabía que esos sueros aún eran experimentales, los militares aún no los habían aprobado para su uso, por lo que también sabía que habían dañado a su lobo.
Claro. Su olfato.
Y quién sabía qué más descubriría con el pasar de los días. Es decir, estaba vivo ¿no?
Cuando ve como Taemin se removía, su corazón latió con tanta fuerza que en ese momento reafirmó su amor y esa creencia de que el destino se había equivocado totalmente al destinarle a otra pareja. Él pertenecía a Lee Taemin, omega y heredero de linaje puro de la manada del norte de lobos rojos, aquel que hacía de centinela a las afueras de la ciudad, aquel lobo rebelde que era más valiente que él mismo, aquel que no se debatía entre palabras y que era más de acción, aquel con sueños frustrados de ser militar para apoyar la paz de sus tiempo fue a caer en sus garras, aquel a quien marcó como su pareja, aquel con quien engendró un cachorrito.
Aquel que le miraba con asombro, y se echaba a llorar.
Suelta un quejido lastimero, y le duele no poder comunicarse por su vínculo. ¿Sería efecto del suero ese?
—Te amo.
Fue lo último que le escuchó decir, para verle salir rápidamente mientras gritaba el nombre de sus amigos; Kibum y Jonghyun.
De repente un alboroto se genera en la habitación y es de la pareja que le hacía una serie de preguntas que no entendía, no cuando caía nuevamente en la inconsciencia.
Gruñe al sentir la luz del sol pegándose debajo de sus párpados. Sí estaba vivo, igual no podía morir y despertar en el cielo dos veces. Y lo pensó al ver a ese lobo color del fuego acurrucado cerca de él.
Era Taemin. Su lobito de fuego.
Gruño al ver una aguja en clavada en una de sus patas. Los recuerdos estaban borrosos, apenas y recordaba que tuvo que enfrentarse a Siwon, al mundo entero. Con suma claridad el disparo y el impacto de ésta en su pata le hacen respingar, despertando a su acompañante que iba durmiendo.
Mira su pata vendada y suelta un quejido lastimero al saber lo que ocurría allí, ni siquiera tenía que ver. Dolía, pero creía que ese sentimiento, al ver a ese lobo valiente mirándole moviendo la cola, era tan fuerte que reducía su dolor hasta hacerlo poco significante.
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Por Amor - 2min
Fanfic~Obtenemos lo que merecemos~ 2min - Omegaverse Dedicado a Edith Tapia, Ganadora del concurso "Mi historia entre tus dedos"