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Taemin corre a alcanzar a su hijo que corría, en su forma de lobo, directo hacia el acantilado. Dios, ¡por qué tenía un hijo tan temerario! ¡De dónde rayos había sacado eso! Seguramente de Minho.
Tenía dos años, esa bola de pelo negro con puntas rojas, y de ojitos café, le miran decepcionado de que su padre fuera tan veloz como para detenerlo de saltar desde ahí al pequeño riachuelo en el que su tío Jonghyun estaba esperándole.
—¡Yoogeun! —llamaba el susodicho desde el riachuelo.
—¡Yah! —corre con su hijo en sus manos, mirando desde la orilla a Jonghyun que nadaba feliz, como si nada—. ¿¡Puedes dejar de enseñarle a hacer locuras a mi hijo!?
—Sabes que Minho estaría de acuerdo —se defendía el lobo blanco, que nadaba de cuatro patas ahora, habiéndole dejado en claro que no quería hablar.
Rueda los ojos y deja a su cachorro en el piso, sujetándole aún, mirándole con esos ojos que Minho siempre le decía que daban miedo.
—Puedes ir nadar con tu tío, pero ni dudes que no te castigaré si te atreves siquiera a pensar en que saltarás. ¡Le diré a Kibum que nos volvamos vegetarianos! ¡Así que ni te atrevas!
Le da una suave nalgueada y se va contento de allí. Con esa amenaza seguro el lobito ni se atrevería a pensarlo. Ellos vegetarianos. Eso le causaba risa. Minho lloraría con semejante amenaza.
Se voltea y ve cómo su hijo emprendía carrera y antes de que reaccionara, ya había saltado aventándose con todas sus fuerzas.
¡Qué mierda!
—Eso lo sacó de ti, no me culpes.
Minho comía un pedazo de pan con guisado de conejo, seguro venía huyendo de la cocina de Kibum.
—¡Qué! —se le acerca amenazante—. ¿¡Estás intentado decir que él es rebelde y problemático por mí culpa!?
Minho sabe que no debió haberlo mencionado, pero ya lo había dicho, que alguien lo salvara. Por favor.
—No vas a negar que te enfrentaste a un alfa como si te estuvieras enfrentando a cualquier debilucho —se queja al recordar esos primeros días cuando se conocieron—. Ni siquiera te asustaste cuando me viste por primera vez. Así que sí —le mira divertido—, es tu culpa.
Taemin gruñe y se queda sin palabras, todo digno y enojado se va a la cocina a ver si podía ayudar en algo, ya que Minho siempre iba a tragarse el almuerzo antes de que siquiera pudieran decir que ya estaba terminado.
Y lo recordó, aquel lobo negro imponente al que se había enfrentado sin medir las consecuencias. Aquel lobo del que se había enamorado, aquel que le había hecho sentir como un cachorro de dos años, aquel que le había arrinconado a cometer pecados y ser fugitivos.
—¿No extrañas esos días cuando me correteabas?
Taemin pregunta mirándole, pero baja la mirada, y se encamina hacia la cocina. No era necesario esperar una respuesta, sólo había bastado ver a Minho tensarse para saber que hablar de su lobo era aún un tabú.
Minho camina bajando por ese sendero que llevaba hacia donde Jonghyun y Yoogeun jugaban desde hacía horas. Suspira triste al recordarse así, y ahora no podía ni siquiera pronunciar la palabra 'lobo' sin que le doliera.
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Por Amor - 2min
Fiksi Penggemar~Obtenemos lo que merecemos~ 2min - Omegaverse Dedicado a Edith Tapia, Ganadora del concurso "Mi historia entre tus dedos"