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No había vuelvo a ver a la chica que lo atendía, seguramente la habrían botado, y cabía la posibilidad de que la hubieran matado; en lugar de ella estaba Siwon, junto a quién sabe quiénes eran, pero los golpes habían vuelto y nuevamente ya no tenía ni agua ni comida.

Él estaba dispuesto a dar su vida, con tal de que Taemin y su cachorro estuvieran a salvo. Pero ya no soportaba seguir con vida, no así. Podrían llamarle cobarde, pero prefería la muerte antes de seguir respirando dolor.

Parecían siglos enteros estando encerrado ahí, sufriendo cada castigo, como si lo mereciera.

Realmente, cada quién obtenía lo que merecía.

Él había infringido las leyes sagradas y ahí estaba. Sólo esperaba que su vida como ofrenda bastase para que dejaran en paz a Taemin y su bebé.


*** semanas antes ***


Jinki les tenía informados sobre lo que acontecía. Sobre las tácticas y lo lugares a los que irían a buscarles, sobre las órdenes de búsqueda por toda la región de ambas manadas. Les había llamado para informarles que Siwon ya sabía que Taemin tenía la marca y que seguramente estaba preñado, que había ido a irrumpir a la casa de Minho y con sólo oler el lugar ya sabía lo que estaba pasando.

Y ellos ya estaban quedándose en una cabaña, ahí en los límites donde las noticias llegarían en un par de semanas. Lo que los tenía tranquilos.

Taemin había empezado a comer más, y seguido pasaba sus manos por su vientre, sonriendo como si estuviera enamorándose de la vida. Y él quería pasar el resto de los meses junto a él, ver nacer a su cachorro, y hacer una familia numerosa, llena de felicidad.

Esa mañana se habían levantado con la llamada de Jinki, sonaba tan dolido que Minho pudo sentir su corazón quebrantarse como el de su amado que hablaba con su hermano.

—Alertaron a los militares, Siwon ya debe estar por llegar allá. Si salen del territorio será peligroso, pero los militares no tiene ordenes de seguirlos más allá de nuestros límites.

—¿Y si Siwon insiste en salir? —preguntaba el menor con temor.

—Serán exiliados por no obedecer las leyes, sin posibilidad de retorno.

—Hermano... —susurraba con miedo.

—La ceremonia se suspendió, Siwon peleó con su padre y lo dejó muy herido, tal vez no pueda recuperarse —un silencio corto hizo presencia ante tal noticia—, ahora hay un vacío de poder —Minho suspira nuevamente, dejando que sus ojos se llenaran de lágrimas y cayeran por sus mejillas al sentir el dolor de su amado—. Hoy asumiré el liderazgo de las dos manadas. Intentaré protegerte y retrasar las cosas por aquí.

—Lamento todos estos problemas —se disculpaba triste—, gracias por todo hermano.

—Te amo, enano.

—Y yo a ti.

Minho no tiene la necesidad de hablarlo, su vínculo les permitía hablar claramente, y en cuanto Taemin escuchó sobre lo de su padre, su corazón se había quebrantado. Sentía rabia y dolor. El viejo tenía derecho a morir en paz, y no así. Respira profundo, buscando calmarse.

Maldito Siwon. Maldita sea.

—Debemos salir del territorio ahora mismo —decía Taemin en lo que se levantaba de la cama cabizbajo.

Por Amor - 2minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora