Ámame

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¿Alguna vez les han dicho qué es real y qué no lo es?...

Como los dragones, las hadas, los duendes...

Pero en realidad, ¿Qué es real y qué no lo es?.

Muchas personas me dicen que yo veo cosas que no existen, que escucho a personas que no existen, que estoy con cosas que no existen.

Pero y si no existen ¿Cómo lo saben?, Si somos humanos y cometemos errores, o eso es lo que nos dicen siempre; si es así, ellos también se equivocan ¿No?.

También son humanos, ¿Por qué determinan lo que puede o no ser real?.

Me pregunto éstas cosas mientras pienso, estando en un cuarto blanco es lo único que se puede hacer, pensar; aunque si estas cosas no existen, ¿Cómo es que estoy viéndolas en este preciso instante?.

Y es así, enfrente de mi está de nuevo él y no ha cambiado nada, siempre lo veo y parece que el pasar de los años no lo transforma tan radicalmente cómo a mi, encerrada aquí me noto algo cansada pero renovada, algo ansiosa pero los medicamentos me calman, y él, él no recibe medicamentos y está como nuevo, como siempre cuidándome, sonriéndome y hablándome...

Llevo un año aquí, o eso creo hace mucho que no salgo y todo por que la sociedad tiene miedo, ¿A qué?, Tal vez puede ser a encontrar algo que no pueden controlar; pero eso ya lo hicieron, no se pueden controlar ni ellos mismos.

No entiendo su afán por controlar todo;¿Qué les hace pensar que pueden controlar a los demás?, ¿Creen que somos más fáciles de controlar que ellos?, como si fuésemos inferiores; pero así es la vida en la sociedad, siempre queremos portarnos como superiores, dioses, y creen que ellos lo controlan todo, pero si fuera así ¿Por qué todas las religiones dicen que somos libres de hacer lo que queramos?, podemos seguirlos o irnos por nuestro lado, ni siquiera los dioses nos controlan y los humanos no llegan ni a hombres...

Y creen que pueden controlarme a mi; ya he escapado, pero siempre termino volviendo, por que de aquí ya no tengo a donde ir y de aquí ya no sé a donde ir...

Mis cuatro paredes, siempre blancas, pero ¿Quién dice que no pueden ser de otro color?.

Éstas paredes son tan sosas...

Me dan ganas de ponerles algo de color.

Pensemos...

podría ser un rosa...

No, demasiado hermoso para éste lugar.

¿Un lila tal vez? ...

No tiene la energía de ser tranquilo éste lugar.

Pero...

Tengo una idea, una grandiosa idea.

Me dispongo a abrir una pequeña ventana y entran algunos insectos.

Hay un agujero que hice yo para que entrara más luz por la habitación, lo habian cerrado o eso creían pero es fácil reabrir lugares que ya fueron abiertos.

Dejo pasar a todos los insectos y sostengo, entre mis manos, a una pequeña oruga, es muy hermosa...

Se verá bien en mi obra maestra.

Al terminar quiero mostrárselo a alguien.

Es tan bello...

Tan hermoso...

Tiene algo que me gusta y me atrae.

Es arte...

Mi arte...

Necesito enseñarlo, pero ¿A quién?.

Aquí todos creen que estoy loca y mal de la cabeza, pero ellos son peores, lo sé, él me lo dice.

Todas las personas tienen problemas en casa; se vuelven locos, unas autenticas bestias, y vienen a éstos lugares diciendo que nosotros necesitamos medicamentos sólo por pensar cosas mejores, ver cosas que no están; pero no les afecto a ellos, no los detengo al golpear a su mujer e hijos, no les perjudico en nada, y aún así aquí me tienen...

¿Y si en realidad, eso que clasificamos como malo, no es tan malo y lo bueno no es tan bueno?.

Habrá que descubrirlo...

Será mi siguiente tarea.

Por ahora debo comer lo que me ha traido una de las enfermeras, que se queda perpleja ante mi obra de arte.

—Es hermoso ¿verdad?—me animo a preguntar.

Se queda en silencio y su silencio dice más que mil palabras tienen una cara de asombro al ver lo que está frente a ella.

—Me gusta el color rojo—digo y ella sonrie.

—Ya veo pequeña— dice aún asombrada por lo que he hecho, para ella una atrocidad, para mí una de mis mayores obras maestras.

Todos mis amigos tienen su espacio en mis muros de paredes blancas o del color que quieran que sea, tal vez sea un marrón o un negro pero ya tiene la decoración digna de una artista.

—Pequeña debería preguntar ¿Por qué hiciste eso con los insectos?— dice con algo de precaución acercándose a mi.

También me tiene miedo, todos al ver de lo que soy capaz me tienen miedo, tal vez de saber que no me podrán superar, de que llegue lejos y después no me acuerde de ellos y por eso me tienen encerrada, tal vez a todos nos tengan encerrados por eso, somos más capaces de lo que creemos y no nos dejan salir para no poder triunfar.

—Se ve lindo y las paredes necesitaban un toque artístico— digo tranquila mirando mi pintura, comiendo una ensalada, o una cosa con grumos, está comida siempre es mala, así que decido completar con ella el cuadro; tengo a mi alrededor los botes de pintura, bocas abiertas de los animales que tengo en el suelo, le coloco a uno—la ardilla—, un poco de ensalada. Sara, mi enfermera, me observa expectante se pregunta qué voy a hacer y está alerta para cuando deba salir.

Ardilla lista, con la cuchara mezclo la sangre, sus órganos, o lo que sea que contenga dentro, y mi ensalada, después con mis dedos voy dejando pinceladas en mi obra de arte, cerca de la mosca muerta dibujo un circulo y los uno, después al mosquito, hasta que llego con mi orguga, del peso que tenia el cuerpo se cayeron restos de ella al suelo.

—Que lástima—lo recojo y lo uno con la mescla, después pongo frente a su sangre un poco de mi mezcla en forma de corazón y a su lado un uno grande y así termina mi obra de arte por ahora...

Tal vez después le siga.

Por ahora veo como mi doctor está petrificado en el pie de la puerta mirándome con cierta incertidumbre.

Yo me limito a sonreír.

Inicio de la obra el día 30 de mayo del 2018