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Llegando a mi casa me encerré en mi cuarto y empecé a dibujar el hospital en el que había estado con un lapicero difuminando y delineando terminé haciendo una sala del hospital psiquiátrico había quedado perfecta y no tenía rojo era el primer dibujo de todos los que había hecho que no tenía rojo, el ¿por qué?, no lo sabía con exactitud solo me gustó así y así lo dejé.

Al terminar Teresa recogió sus cosas como de costumbre dejando todo su lugar impecable, y ya que esta vez no había usado rojo ni su sangre no había dejado huella de haber hecho nada, y no había tenido que limpiar una hora como la anterior vez la sangre roja del piso en el que había pintado, contenta se fue a acostar para ir a la escuela al día siguiente, ya había acabado aquel puente.

Al día siguiente Teresa se levantó como de costumbre dejo tendida la cama y se vistió con su impecable uniforme, se peino recogiendo su pelo en una cola alta y se puso un moño, bajo alegremente las escaleras entonando una de sus canciones favoritas al llegar abajo vio a su madre haciéndole el desayuno a ella y a su marido, se sentó a la mesa mientras su madre le dejaba de mala gana unos huevos revueltos y un vaso de leche frente a ella, ella le agradeció la comida y se puso a comer mientras su padre tomaba su té pues el odiaba el café.

Salieron en el coche Teresa y Dante ese día el iba más tarde a trabajar y llevo a su hija a la escuela.

- Pórtate bien mi niña y suerte, te amo - dijo cuando Teresa estaba bajando del coche ella le sonrió.

- Suerte con los pacientes papi - respondió la pequeña con una sonrisa.

Al entrar me encontré con quien no quería encontrarme.

- Buenos días pequeña -dijo acariciando mi cabeza pues el me sacaba más de una cabeza.

- Buenos días - seguiría siendo educada pues eso me habían inculcado en mi casa, pero no iba a quedarme hablando con él quien yo creía que había cambiado así que seguí caminando.

- Oye Teresa ¿Qué pasa? - se acercó corriendo a mi.

- Nada, voy a clases, a eso venimos a la escuela ¿no? - ironice

- Pues si pero andas algo rara desde el otro día -

-Ah es que creí que una persona había cambiado y en realidad es como todos, creí haber encontrado alguien diferente-dije mirándolo a los ojos mié tras el me miraba apenado- por cierto si hablas conmigo te empezarán a decir cosas es mejor que te alejes para que tú grupito no te diga nada- dije y el hizo una mueca extrañado.

Y como si fuese suerte de Teresa que quería tener a Luciano lejos apareció su grupo frente a ellos.

-Luciano, ¿Enserio estás con la rarita? - uno del grupo, el más alto, Josh había hablado.

Luciano se removió incómodo pues no sabía cómo actuar en esa situación, por un lado estaba una chica que había creído que el cambio y el en realidad cambio, no sabía si gracias a ella pero cambió, pero por otro acababa de llegar y no hecharia a perder el lugar que tenía en el grupo por una niña pequeña e inexperta como Teresa, cuando ella creciera lo entendería.

- No, hasta creen chicos, solo intento decirle que deje la escuela por que nadie la quiere pero ya los alcanzó - Teresa ya se lo esperaba, las personas la mayoría de veces tenían miedo de ser juzgadas por eso preferían seguir el rebaño antes de ser apartado de el.

«Pero no debía por qué ser así, puede haber muchas personas que se sientan fuera de lugar y no quieran seguir todo el tiempo un solo rumbo y por lo tanto prefieran estar solos, y también es malo ya que su soledad es su grupo al que están acostumbrados y no son capaces de cambiarlo por otro ya que no saben que pasará si lo hacen y como todo el mundo le tenemos miedo a lo que vaya a pasar a lo extraño, con lo que no convivimos» pensó Teresa, mientras veía como se iba Luciano dejando atrás cualquier esperanza de que el pudiera cambiar.

Luciano en cambio estaba hablando con su grupo, el próximo fin de semana habría una fiesta en casa de uno de los chicos, Ethan, un chico alto de tez bronceada y cabello café oscuro al igual que sus ojos, miraba con incertidumbre a Luciano.

-Y bien ¿aceptas? - Ethan esperaba una respuesta y Luciano no sabía que decirle.

- Si, claro está bien- no había entendido a lo que se refería Ethan pero no le tomo importancia pues estaba pensando en lo que le había dicho momentos antes a Teresa.

- Bien entonces mi hermana Brenda estará esperándote en el restaurante ese en el que nos juntamos para tomar los viernes - Ethan miraba a Luciano y el solo vagando en su mundo asentía.

- No vayas a ir formal e intenta ser interesante de lo contrario empezara de toca huevos cuando regresen mis padres - Luciano que cada vez se veía más en este mundo asintió, y tal vez eso hizo que Ethan creyera que había escuchado todo.

-El viernes no lo olvides un día antes de la fiesta- dijo Ethan y Luciano asintió.

« seguro se reunirían para tomar como de costumbre un viernes» pensó Luciano.

Sin demoras se llegó el viernes saliendo de la escuela Teresa se fue al hospital con su padre como había hecho toda la semana pues su madre estaba cada vez más histérica y cambiada, el día anterior la había visto con extensiones y tal vez los labios y busto más grandes de lo normal.

Su madre cada vez cambiaba más pero ella no le importaba, había visto muchas veces a Layla que era muy amigable con ella de hecho en cuanto llegó ese día le dio una paleta de fresa, y Lucia ya no la había visto desde esa vez, a veces escuchaba hablar a los doctores sobre ella pero no escuchaba más que "puede mejorar", "no se ve muy bien el día de hoy".

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