Ámame

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"lo siento"
Las personas se disculpan centenares y millares de veces pero ¿cuántas veces ese "lo siento" en realidad lo sienten?, y es que yo creo que ni una sola, lo hacen para poder quedar bien la mayoria de las veces y las otras veces no entienden el significado de sentirlo, es así como el arte nadie siente la integridad, la pasion, la pintura o la musica, muchas veces ni siquiera los artistas, y es que en este mundo un "lo siento" puede ser tan falso como un "te amo" o un "te quiero", hasta un "estoy bien" y es que nadie sabe con exactitud si en realidad lo sienten y nadie lo puede saber con exactitud, por eso es tan fácil decirlo, son palabras, sólo palabras, para muchos basta con eso para otros no, para otros hacen falta acciones, acciones que sean verdaderas, pero nadie puede hacer nada verdadero, en este mundo la verdad puede ser la más hermosa mentira disfrazada.

Vivimos llenos de mentiras a nuestro al rededor e incluso nosotros podemos ser una maquina de ellas y no darnos cuenta, como muchas cosas de las que no nos damos cuenta pero dejamos marca.

Estoy parada frente al umbral de la puerta de entrada esperando a mi madre que venga para ir a comprar la fruta seguro como todos los jueves, subió las escaleras.

Cuando está ya abajo salimos y nos dirigimos a ver muchos lugares, fuimos a comprar un helado y la fruta, regresamos y lo vi, un niño nuevo un poco mayor que yo se había mudado a la casa vecina, tal vez ahora tendría a un amigo con el que jugar y platicar, seguro le gustaría la pelota o incluso puede que le gustara el arte y él viera como yo las pinturas que dibujaba.

Lo ví entrar junto con los que parecían ser sus hermanos, sus hermanos sacaron la llave de la casa y se adentraron en ella, y yo me adentre a la mía.

Mi madre siempre era de dar obsequios a nuestros nuevos vecinos, me acerque a donde estaba haciendo las galletitas y tomé una.

Pegué un mini grito pues estaban calientes las galletitas y no me avisaron.

-Teresa ¿acaso es que estas ciega que no ves el humo que hechan las galletas? -Pregunta mi madre y me limite a callar, sabía que estaba estresada y no queria estresarla más o darle algún otro problema.

La ayude haciendo la decoración de la bolsa en que se lo dariamos, hice chinos en las cintas con unas tijeras al terminar se me hizo que había falta un toque artístico mio, entonces agarre de mi pintura roja que estaba en mi cuarto, quedaba poco y decidí hacer más, repetí el mismo proceso con el cuter y mi brazo y con la pintura hice corazones en las cintas.

Habían quedado bien, casi parecían de las mismas cintas, mi mamá colocó las galletas en la bolsa y yo ayude atando las cintas.

Al terminar mi madre debía limpiar la cocina y la ayude.

-Mamá si quieres puedo llevar yo el regalo a los vecinos- me ofrecí.

-No te preocupes hija, ya acabamos, vamos y venimos- dijo mi madre, el coraje de hace rato ya se le había pasado.

Salimos de casa y tocamos.

Uno dos tres toques y abrió, era el niño pues era algo más grande que yo, por unos centímetros y yo le miraba el estómago desde donde estaba, agache la cabeza, me daba timidez, algo que nunca me pasaba.

El se agachó y me miro con una sonrisa, yo le tendí el obsequio que le habiamos hecho el lo recibió gustoso con una gran sonrisa.

-Gracias pequeña- dijo y me acaricio la mejilla.

Ese pequeño acto se me hizo tierno, el chico nos invitó a pasar, mi madre se rehusó pero terminó aceptando pues quería conocer a sus padres.

Al entrar vimos un recibimiento algo soso, en mi opinión faltaba color, faltaba arte, al ir caminando, había muchas pinturas, ninguna me llamaba la atención, hasta que vi uno, pintura roja, al parecer era un rostro delineado con rojo, un rojo sangre, un rojo vivo.

Me acerqué a la pintura e inmediatamente el joven la escondió, eso se Me hizo un gesto extraño, nos pasó a la sala de estar, y dijo que lo esperaramos mientras iba por sus padres.

Vi a los jovenes que creí que eran sus hermanos, aunque ahora de cerca si parecíam ser los padres, mi madre al verlos se levantó y los saludó.

-¿cómo los han recibido? ¿Donde vivían antes?-empezó mi madre a azotarlos con Preguntas, mientras nosotros dos no sabiamos si había que iniciar una conversasión ó que hacer, fue entonces que su madre al ver que no hablabámos propuso algo.

-hijo, ve a llevarla a jugar a tu habitación- sugirió y el nombrado asintió.

-ven-dijo él tendiendome la mano, mi madre con su mirada amenazadora me insito a ir con él, tanto fue su insistencia que termine aceptando.

Subimos los escalones, fotos familiares estaban en toda la pared, al llegar a su cuarto se sentó en su cama y me hizo ademán para que me sentara a su lado.
Me senté y quedamos en silencio.

-¿Te gusta el arte?-pregunté algo curiosa rompiendo el silencio incomodo que se había formado.

-A todo mundo le gusta, sólo que todos tienen diferentes puntos de vista y formas de representarlo- al escucharlo decir eso mi impulso era abrazarlo, alguien que pensaba como yo, era extraño encontrar alguien así, era la primera persona que había conocido que pensaba de esa manera.

-¿Dibujas, pintas, tocas, o practicas alguna arte?- pregunté y el asintió y sonrió de una forma algo peculiar que llamó mi atención, se levantó repentinamente.

Alcanzó un cartoncillo, y cuando me lo iba a mostrar lo volvió a esconder.

En su lugar sacó una guitarra.

-¿Tu nombre? - preguntó el con una sonrisa posandose nuevamente a mi lado En la cama.

-¿Teresa y el tuyo?- pregunté mas por educación que otra cosa.

-Luciano -al decirme su nombre comenzó a tocar unos acordes y me quede sumergida En su música y En su voz, en la forma En como todo se compactaba me hacía sentir como si de ver mis obras se tratase, sentía que era arte, era pasión, era parte de él. Era él...