Entrenamiento?

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(Balam, quimera)

Balam veía a su entrenador y a su consejera, ambos fantasmas, ellos le explicaban tácticas de guerra, formas de ganar y seguir adelante hasta el décimo día, pero él los ignoraba, estaba bastante confiado en que ganaría, pues era muy fuerte, y sus habilidades le serían de mucha ayuda.

-Balam, ¿Estás escuchando?- preguntó su consejera.

-En realidad no- contestó él —Sé que quieren que aprenda, pero para qué, si los juegos están arreglados, solo mírenme, creo que puedo matar a cualquiera con mis garras y cuernos, puedo moverme con velocidad tanto en tierra como en aire, eso me da una gran ventaja sobre todos los demás-

-Estás demasiado confiado- le reclamó su entrenador.

-Pues sí, soy en más fuerte de todos, no lo pueden negar, ya acepten que mis habilidades de quimera me darán la victoria justo antes de que pasen los diez días

-¿Acaso no te preocupan los demás competidores?- preguntó el entrenador.

-No, son débiles, creo que primero mataré al ángel, es de la muerte ¿No? Eso lo hará más divertido, solo imagínenlo, ella sabe que morirá, estará aterrada, y al final, morirá-

Balam rio con fuerza, imaginaba mil formas de matar a sus oponentes disfrutaba pensar en todo el sufrimiento que tendrían, eso le daba más gracia.

—O tal vez comience con el hechicero, ya que él es la peor amenaza, de tantos hechizos tenía que elegir los de combate-

-Él estaba consciente de que es mejor prepararse a la batalla- comenzó a decir su consejera —Te lo advierto, si sigues así serás de los primeros en morir-

-No me asustas, además ¿Quién podría matarme? El hechicero es el único que me puede atacar a distancia, y esa en la única forma de que me maten, porque quien me enfrente cara a cara tendría que ser lo bastante idiota-

-Eso dices ahora- suspiró la consejera.

-Si no quieres entrenar no podemos hacer nada- señaló el entrenador del chico.

-Entonces me puedo ir ¿No?- preguntó Balam con una sonrisa demasiado confiada en el rostro.

La consejera y el entrenador se miraron con caras tristes, preocupados por lo que pudiera pasar con su chico, pero ya no había nada que pudieran hacer, solo esperar a que el juego comenzara y ver cómo se las arreglaba Balam para seguir adelante, aunque estaban seguros de que no podría sobrevivir más de tres noches.

Balam los miró, sabiendo que le ocultaban algo, ese pensamiento lo llenó de ira y furia, se levantó y arrojó la mesa al otro lado de la habitación.

-Ustedes saben algo- aseguró Balam mirando a sus ayudantes, al ver que ellos guardaron silencio se retiró del lugar.

* * *

(Usnavy, ángel)

Usnay acomodaba su vestido negro mientras se sentaba frente a su consejero, una sombra; y su entrenador, un ángel custodio.

La sombra se volvió una figura humana, pero la diferencia era mucha, pues esta tenía cierto toque de oscuridad, tanto exterior como interior.

El ángel, también tío de la chica, vestía completamente de blanco, años atrás él y su amada sobrina se divertían y jugaban por horas, él era conocido por su buen comportamiento con los jóvenes, pero la sonrisa que él poseía y su buena actitud desapareció en cuanto vio a Usnavy en el escenario.

Los juegos de Mohamed [Crónicas de Abril #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora