Segundo día

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(Abril, En los juegos)

-Abril, despierta- dijo una voz en la cabeza de la chica. Ella abrió los ojos creyendo había sido producto de su imaginación, hasta que volvió a escuchar la misma voz —Abril, corre, está muy cerca de ti

-¡¿Michael?!- gritó Abril, levantándose de un brinco y mirando a su alrededor -¿Quién está cerca?

-Corre Abril, o puede encontrarte

Y la voz desapareció. Abril tomó las pocas cosas que tenía y salió de la cueva con mucha precaución, y cuando comprobó  que nadie merodeaba cerca comenzó a correr, pero de nuevo, esa voz sonó en su cabeza.

-A la izquierda, Abril- dijo Michael.

—De acuerdo- contestó ella algo agitada y girando a la izquierda.

Después de un tiempo corriendo, Abril comenzó a caminar, segura de que ya estaba a salvo.

-Bien hecho- dijo el fantasma.

-Gracias- contestó Abril -. Así que no era broma que te podías comunicar conmigo- Solo se escuchó una leve risa que se apagaba, lo que provocó que Abril riera también. Eso fue lo último que escuchó de Michael el resto del día.

Abril se sentó al pie de un árbol y miró al cielo mientras se abrazaba las piernas para protegerse del frío, un frío muy común en la dimensión humana pero aun así molesto; comenzó a preguntarse cómo estaría su amiga Marcie, pensó durante un momento que tal vez ella se preocuparía, pero ese pensamiento se esfumó en cuanto recordó por qué estaba enojada con ella, antes de los juegos, así que solamente cerró los ojos y esperó a que no hubiera nadie cerca que la hiciera correr durante un largo tiempo.

* * *

(Usnavy, En los juegos)

Usnavy corría por todo el bosque, esperando encontrar a Abril antes que Lana, aunque ya no podía ver sus visiones aún recordaba las que había tenido antes de que empezaran los juegos, y la información que tenía era suficiente como para protegerse a sí misma, pero ella no deseaba eso.

-¡Michael! ¡Dile que vaya a la izquierda!- gritó Usnavy tan fuerte como pudo y recordando sus visiones.

Al no obtener respuesta siguió corriendo, buscando siempre el rastro de sangre que dejaba Lana a su paso, hasta que por fin dio con ella.

Lana estaba sobre un árbol, a una altura bastante peligrosa, con la mirada fija en la cueva donde antes descansaba Abril. Tenía los ojos entrecerrados e incontables rasguños en toda su piel. Ella bajó del árbol y caminó hasta la cueva, pero se detuvo cuando escuchó la voz de Usnavy.

-Ella no está ahí- dijo el ángel —Se marchó poco antes de que llegaras

-¿Cómo lo sabes?- preguntó Lana, muy sorprendida por la presenciar de Usnavy.

-Lo vi en una visión... antes de llegar- aclaró el ángel.

-Entonces iré a buscarla

-¿Crees que te lo permitiré?

-¿Por qué habrías de interponerte en mi camino?

-Porque si están juntas, ambas morirán

-No puedes detenerme

-Eso crees tú

Lana frunció el ceño, se agachó y tomó una roca del tamaño justo de su mano, y en seguida corrió atrás de Usnavy, quien no dudó en escapar ni un momento.

El ángel era más rápido, pero la chica natural estaba decidida a matarla a toda costa, corrió detrás de ella hasta que estuvo lo bastante lejos como para perderla de vista, se enfadó mucho consigo misma, aventó la roca al suelo con toda la furia que tenía y luego continuó buscando a Abril.

Los juegos de Mohamed [Crónicas de Abril #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora