Que empiecen los juegos.

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-Buena suerte, Abril- decía Michael mientras llevaba a la niña humana hasta el cuarto de reunión, el cuarto donde se encontraban los demás competidores.

-Gracias- respondió Abril casi dormida.

-No luces emocionada- bromeó el fantasma tratando de que el momento sea menos tenso.

-¿Emocionada? Estoy aterrada- confesó Abril mientras miraba con atención a toda criatura que se encontraba a su paso.

-Solo... no pienses en ellos, imagina que estás de campamento- le aconsejó Michael —Y aunque Marcie ya no pueda contactar contigo yo sí puedo, te avisaré si estas cerca de algún peligro-

-¿Cómo puedes hacer eso?- preguntó Abril.

-Ya lo verás

Llegaron ante una enorme puerta de metal, color rojo y decoraciones doradas, Abril la observaba con atención, temerosa de entrar, o más bien, de lo que estuviera a dentro. Michael se acercó y puso su mano sobre el frío metal la puerta se abrió como por arte de magia.

-Aquí nos despedimos, Abril- dijo el fantasma mirado a su amiga —Hasta pronto- Abril asintió y entró al lugar.

La puerta se cerró atrás de ella, los demás competidores ya había llegado, cada quién estaba por su cuenta, estando en su propio mundo, metidos en sus pensamientos; en el centro de la habitación había una mesa redonda de cristal donde se encontraban varias botellas de agua, diez sillas rodeaban la mesa, también de cristal, pero nadie se encontraba cerca de estas, Abril suspiró profundamente para poder agarrar confianza en sí misma, se dirigió a aquella mesa, tomó una botella y se sentó en una silla, posteriormente se concentró en hidratarse, todos la miraban con desdén, a excepción de Usnavy, el ángel de la muerte, quien se acercó a ella después de unos minutos.

-Hola, ¿Abril? Soy Usnavy- se presentó mientras le tendía la mano.

-Hola- respondió Abril algo dudosa, pero no lo demostró, fingió tener más confianza de la que realmente sentía.

-Te ves confiada- expresó el ángel mientras se sentaba al lado de la chica —Eso es bueno-

-¿En serio?- preguntó Abril mirando a la chica que se encontraba a su lado, su hermoso vestido negro, sus negro cabello bien acomodado, sus ojos oscuros, su piel pálida, todo eso hacían lucir a Usanvy única, pero lo que realmente llamó la atención de Abril fueron las negras alas que se extendían en la espalda del ángel.

-¿Te gustan?- preguntó Usnavy notando el asombro que sus alas ponían sobre Abril, las abrió y se levantó —En realidad son muy incómodas, pero útiles-

-Perdona- se disculpó Abril —No pretendía...-

-No importa- la interrumpió Usnavy —Entiendo que debe ser extraño, solo las quimeras, hechiceros y ángeles sabemos esto de las dimensiones, para ti debe ser sorprendente-

-Y perturbador- confesó Abril —Diez dimensiones y solo conozco una, no es algo de lo que te enteres todos los días-

Usnavy rio, luego preguntó con seriedad

-¿Qué se siente ser humano?

-¿Qué se siente?- preguntó Abril, confundida ante la pregunta.

-Sí, el no tener responsabilidades tan grandes, el permanecer ignorantes ante esto-

-Eres un ángel de la muerte ¿No?

-El tener que llevarse las almas de otras criaturas es un completo fastidio, además de los estudios, la familia y saber que esto me podía pasar, mi vida ha sido una completa tortura

Los juegos de Mohamed [Crónicas de Abril #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora