—Hoy hablé con Jong —El peliblanco se encontraba en el extremo opuesto del sofá— Me dijo que quiere que lo acompañe a la boda de su prima... Es decir... Quiere armar un lío y valla como su pareja.
El azabache se encontraba al otro extremo del sofá con las piernas extendidas sobre el regazo del coreano mientras deboraba con su mirada las páginas de un grueso libro.
Entonces Taka interrumpió su lectura unos segundos— ¿Qué edad tienen? ¿eh? Es una idea infantil —El chico siguió leyendo.
—Me parece una idea divertida... Además creo que me está comenzando a gustar —Dijo quedando en una risilla.
El Japonés dejó su libro a un lado para removerse en el sofá de su departamento y acomodarse entre las piernas del coreano.
—Imagino que eso no significará que esto termine ¿o no?
—Lo dices como si tubiecemos una relación —Hongki rió y Taka le siguió.
El Japonés imitó una embestida la cual le permitió sentir el choque entre ambas entrepiernas endurecidas lo que liberó un leve quejido de los labios de Hongki a la vez en que el mismo elevaba sus manos hasta la nuca de Takahiro.
Los labios de Taka bajaron hasta los contrarios encontrando ambos en un fogoso y caliente beso. En aquel momento el mayor podía sentir el calor en su pecho... No precisamente por Hongki pues era inevitable el pensar en Toru y recordar aquel encuentro en la sala de edición.
Hongki interrumpió aquel necesitado beso empujando el torso contrario con sumo cuidado— ¿Cómo vas con Toru?
—Sabes que del asco —El chico se incorporó— Tampoco quiero intentar algo.
—Que imbécil eres Moriuchi —Se ríe sonoramente— A éste paso nunca te acostarás con él.
—No es como si me importara —El azabache elevó la mirada hasta el techo— A diferencia de ti, suelo pensar en mejores cosas que sólo sexo todo el tiempo o con quien me acostaré.
—¿En serio? Me sorprendes —Sonríe ampliamente— ¿Y en qué cosas tan importantes piensas linda princesita?
Y el recuerdo de los labios de Toru en su cuello atacó como si estubiece hambriento de los deseos de Taka. Los escalofríos deboraban su piel cada vez que recordaba el desastre en el que se había transformado la respiración del modelo en cuanto entraron a la maldita sala de edición.
—En nada.
Y el teléfono de Takahiro sonó.
Era Toru.
El chico hizo un gesto indicando que tomaría el llamado afuera y desapareció tras salir por la puerta principal.
—¿Sí?
—¿Estás ocupado? —El rose de ropas con ropa se escuchó en el fondo de la llamada.
—Sí —Mintió el mayor— ¿Por qué?
—Por que te necesito —El tono grave en su voz hizo que Taka pudiece deducir a que se refería.
Su respiración se detuvo por un momento, buscando alguna chiva que inventar y disimular su sorpresa.
—Pues yo no —Dijo en seco y su timidez se hizo presente nuevamente —Así que puedes satisfacerte con quien se te cruce.
—¿Sólo piensas en sexo no es así? Menudo síndrome adolescente —Una sensual risa burlona entró por el oído izquierdo del fotógrafo— Aunque con alguien como yo comprendo que te provoque pensamientos como esos —La maldita risa ronca de nuevo.
—Yo... Este— Su nerviosismo era obvio— ¿Qué es lo que quieres?
—John me llamó y me dijo que hacen falta unas fotografías que parece que no entregaste... Y le dije que si no las encontrábamos las haríamos de nuevo; a mi no me cuesta nada.
—Imposible; entregué todas las fotografías. Las conté
—Pues parece que no fue así, enano.
El chico vaciló un momento.
—Bien... Iré enseguida. Esperame en la empresa con las fotografías para revisarlas y si no están las haremos de nuevo.
—No puede ser en la empresa; John dijo que no nos dejarán hacer otra vez la misma sesión... Por lo que John nos dejó que fuera en su departamento.
—Perfecto —Dijo fastidiado— ¿Y las fotografías?
—John me las mandó.
—Bien, mandame la dirección por mensaje —Taka echó un vistazo a su reloj que marcaba las 7:46 PM — Nos vemos allá.
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La puerta marcaba el departamento #160 y con la cámara colgando desde su cuello el azabache golpeó la misma suavemente pudiendo sentir el barniz en sus nudillos.
Segundos se necesitaron para que la figura de Toru —La cual era un tanto más alta que la de Taka— Se dejara ver tras el humbral.
—Pasa —Dijo el rubio antes de moverse del camino dándole paso a su contrario.
El chico entró a paso lento e inseguro; el ambiente se sentía engañoso y algo inseguro lo cual ponía enormemente nervioso a Taka sin mencionar el hecho de que estaba en un departamento desconocido para él con quien resultaba ser el responsable de sus fantasías.
Un movimiento brusco y casi inperseptible provocaron que de un segundo a otro el azabache se viera acorralado contra la puerta. De nuevo.
—Me golpeaste la cabeza, ¿qué te pa-?—Reclamó el fotógrafo antes de que un húmedo beso le atacara los labios.
Las manos del rubio recorrieron los muslos de su contrario atrayendo uno de estos hasta su cadera.
—¿Qu-que haces? —Se oyó a penas entre jadeos
— Sueltame Toru.Sin embargo esto no era suficiente para que el nombrado se estuviera.
—Estamos en un departamento ageno maldita sea —El chico pudo sentir como las manos de su contrario se posicionaban sobre su trasero y sus labios sobre su cuello.
—Estas en mi departamento, enano.
El azabache hizo una mueca antes de separar a Toru de si.
—¿De qué hablas? —Su entresejo no podría estar mas fruncido.
Una risa ronca y baja— No, no falta ninguna fotografía, este no es el departamento de John, sino el mío y sí, lo haremos aquí y ahora— Finalizó.
—¿Y quién mierda eres para decidir eso por mí?
Los brazos de Toru nuevamente acorralaron al chico posicionandose en ambos lados de su cabeza, la mirada más fría que Taka haya visto de su modelo se hizo presente acechando los propios. Los labios del rubio se acercaron lenta y sigilosamente a los de Taka provocando que éste apretara los suyos como simple reflejo.
—Soy el personaje principal de tus fantasías más oscuras —Murmuró sobre sus labios— Y adivina qué —La lengua del chico recorrió abiertamente los labios del mayor— Yo las haré realidad, dulzura.
Ya nada quedaba por decir o hacer más que dejarse a su merced, esta vez de una forma literal. La lengua de Toru recorría el cuello de Taka dejando la zona humeda para luego posar fuertes marcas sobre él. Pero aquello en éste momento no importaba pues Taka se encontraba en un lugar lejos de allí. O así se sentía.
Su cabeza estaba lejos de una postura en la que se pudiece razonar entre lo bueno o lo malo, un estado completamente inconsciente y animal, un estado en el que Taka sólo estaría dispuesto a buscar lo que él estimaría conveniente y sin duda alguna, la satisfacción propia lo era.
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Lost In Your Skin || Toruka +18
Hayran KurguTaka no creyó que esa obsesión tarde o temprano saldría a luz, delatando cada mínimo sentimiento del fotógrafo dejando estos mismos desnudos e indefensos ante los ojos de su modelo, Yamashita Toru. Yez he vuelto con nueva historia gg espero que dis...