-Creo que Yeri está intentando asesinar a su almuerzo.
Salí de mi burbuja para ver a qué se refería Wendy y si, prácticamente estaba asesinando mi comida. De todas formas ni siquiera puedo comer con este humor.
-¿Que sucede?- Pregunto Irene recargando su cabeza en el hombro de su novia.
-Park Sooyoung, eso es lo que sucede.- Deje mis cubiertos a un lado para evitar seguir torturando al arroz.
-¿Joy? ¿Que paso con ella?
-Tienen que hacer un trabajo en grupo y está haciendo un escándalo por eso.- Seulgi contesto por mi.
-¡Seulgi! ¿De qué lado estás?- Me queje.
-De ninguno, ni siquiera estoy segura de que haya lados.- Hizo una mueca.
-Lo que sea. No es sólo eso, tengo que pasar tiempo con ella ¡Y en su casa! Creo que prefiero suspender.- Bufé.
-Piensa que solo es un trabajo y luego puedes volver a odiarla tanto como antes.- Me ánimo Wendy.
-Si, supongo...
-O podrías hacer el intento de dejar de odiarla para siempre.- Propuso Irene.
-O no.- Conteste con una sonrisa.
-A veces eres algo inmadura.- Rodo los ojos mientras se enderezaba en el asiento.
-Lo siento, mamá.- Dije sabiendo que no le gustaba que la llamarán así.
-¡Hey!- Gruñó.
El almuerzo termino y las horas siguientes se esfumaron en un parpadeo, tal vez se debe a que quería evitar la hora de la salida porque eso significaba tener que encontrarme con Sooyoung y trataba de posponerlo tanto como era posible.
A pesar de mis esfuerzos cuando salí del edificio allí estaba ella recargada en su auto esperando por mi. Llevaba unas gafas de sol y miraba al rededor desinteresada como si fuera algún tipo de celebridad. Siempre odie su ego.
-Hola, bebe.- Sonrió al verme.
Me guarde mis ganas de vomitar y subí al auto sin siquiera saludar. Ella subió unos segundos después aún sonriendo y, sin mediar más palabras (lo cual agradeci) comenzó a conducir.
Llegamos con la radio aún sonando de fondo evitando que se formará un incómodo silencio. Al parecer no había nadie en casa.
Acomodamos nuestras cosas en el salón apenas hablando y cuando estuve lista comencé a resolver algunas consignas. La verdad no me importaba lo que estaba haciendo Sooyoung, quería terminar con esto lo antes posible.
Después de un momento comencé a sentir su mirada sobre mí y por más que tratará de no ponerme nerviosa, lo hacía. Me voltee preparada para regañarla por no estar ayudando pero cuando ví su rostro me congelé, se encontraba mas cerca de lo que pensaba.
Sus profundos ojos se encontraron con los míos haciendo que un escalofrío me recorriera, hacia mucho tiempo que nadie me miraba asi, como si solo yo existiera en ese momento.
-¿Q-que?
Su comisura izquierda se levantó en una pequeña sonrisa haciendo que mi atención ahora se centre en sus labios.
-No has cambiado nada, Yeri. Estás igual que siempre.- Hablo casi a centímetros de mi cara.
-¿Igual? ¿I-igual como?- No estaba acostumbrada a tener esta cercanía con nadie.
-Igual de hermosa.- Dijo con ternura tomando un mechón de mi cabello para ponerlo detrás de mi oreja. No movio su mano de mi rostro.
Nunca pensé que iba a escuchar a Joy hablando con ternura, son dos conceptos que definitivamente no van juntos.
Mi cuerpo reaccionó solo con cosquillas en el estómago y de repente se me olvidó como formular las palabras. Ella debió de haberlo notado porque ahora estaba sonriendo de nuevo solo que todavía más cerca y no tenía intenciones de detenerse solo ahí. Cerré los ojos inconcientemente esperando lo que sea que fuera a pasar a continuación.
Su mano se movió en mi rostro atrayendome más hacia ella, casi podía sentir su sonrisa sobre mis labios.