Me di la vuelta despacio encontrándome con la típica sonrisa de Joy mirándome expectante.
-Eh... tengo que...
-¿Qué que?- Pregunto divertida acercándose un paso más.- ¿Tienes que irte? ¿Entrar a clases? ¿Enlistarte en el ejército? ¿Cuál es tu excusa esta vez, Yeri?- Se cruzó de brazos esperando una respuesta, parecía algo molesta.
-No tengo una.- Respondí intentando no perder la compostura, me ponía demasiado nerviosa cuando la tenía cerca.
-Genial, porque ya me estoy cansando de que me evites y en serio agradecería una respuesta de tu parte.
-¿Una respuesta?- Intente hacerme la desentendida, obviamente no funcionó.
-Por Dios.- Puso los ojos en blanco.- Si estás tan asustada de estar a solas conmigo sólo tienes que decir...
-Si. Si iré a la estúpida cita, ahora déjame en paz.- Sin esperar una reacción de su parte me di media vuelta y salí casi corriendo a mi próxima clase.
Fue un impulso muy grande y estúpido del que ya estaba arrepentida, pero no podía quedarme callada cuando prácticamente me estaba llamando cobarde.
Aunque si estaba en lo cierto al pensar que me asustaba estar a solas con ella, no iba a dejar que lo sepa, eso era un punto a su favor.
(...)
Al dia siguiente intente con todas mis fuerzas no estar evitando a Sooyoung de nuevo, eso sería muy obvio, aunque era aun más difícil actuar como si no me estuviera por dar un ataque de nervios. Más aun cuando se acercó a mi casillero con una sonrisa de comercial.
-¿Q-que?- Intente no mirarla.
-¿Te haría daño saludarme de vez en cuando?- Se recargo contra los casillero esperando a que termine de guardar mis cosas.
-Buenos días, Sooyoung. ¿Qué se te ofrece?- Saludé con una sonrisa demasiado falsa.
-Mucho mejor.- Volvió a sonreír.- Sólo quería... bueno...- Era la primera vez que veía a Sooyoung nerviosa y no iba a perdermelo.
-¿Si?
-Eh... pasó por ti a las ocho, ¿Puede ser?- Me miró algo apenada.
¿No le daba vergüenza invitarme a la cita pero si hablar sobre eso? Comienzo a pensar que veía imposible que yo aceptará salir con ella, mala suerte Joy.
-Ah, ¿Es hoy?- Era divertido cambiar de papeles por un rato y ser yo la que la pone nerviosa.
-¿No puedes?- Sus ojos parecían asustados y ya no pude fingir que no me importaba.
-Si, si puedo.- Sonreí.
-Perfecto.- Pareció calmarse.
-Te paso la dirección por mensaje.
-No te preocupes, se donde vives.- Dijo lo obvio.
-Claro... Si.- Aveces olvido que antes éramos amigas.
-Bueno, adiós. Te veo en la noche.- Se acercó a mi dejando un beso en la comisura de mis labios y a mi corazón apuntó de sufrir un paro.
-Adiós...- Dije apenas audible mientras la veía desaparecer entre los demás alumnos en el pasillo.
¿Cómo puedo sentir tantas cosas con sólo un estúpido beso en la mejilla? Debo estar mal de la cabeza y definitivamente es culpa de Park Sooyoung.
-Dime que lo que acabo de ver no fue una alucinación.- La voz de Seulgi me saco del pequeño trance, venía con Wendy e Irene que al parecer ya se llevaban mejor.
-¿Eh?
-Sólo un beso bastó para que Joy dejé tonta a nuestra Yeri.- Se lamentó Irene.
-No entiendo de que hablan.- Cerre mi casillero para comenzar a caminar junto a ellas.- Veo que ya se arreglaron, en serio me alegro.- Dije viendo las manos entrelazadas de mis amigas.
Irene tomó el brazo de Wendy mientras me sonreía haciendo sonrojar a su novia.
-Sólo faltan tu y Joy, tendré que conseguirme pareja pronto.- Comentó Seulgi.
-¿Qué tenemos que ver Joy y yo con la relación de Irene y Wendy?- Pregunté confundida.
-Por favor, Yeri.- Contestó como si la respuesta fuera obvia.
-¿Que?- Volví a preguntar frenando mi pasó.
-Nada.- Todas rieron ignorandome sin siquiera esperarme.
-¡Hey! Quiero saber. ¡Chicas!- Grité sin lograr sacarles una respuesta.