-La Pócima- ✅ Editada ✅

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Abrí los ojos de par en par.

-Pero... ¿Cómo?... Yo...- La impresión no me permitía ni siquiera terminar una frase.

-Pan desea conocerte, así como tu deseas conocer mi mundo. - Contesto mientras me ayudaba a levantarme de la cama. - Y pronto estarás lista.

-Neverland... ¿Cómo llego ahí? - Pregunte con fingiendo curiosidad-

En realidad quería huir de ahí.

Aunque muy muy en el fondo si me causaba algo de curiosidad... pensé en muchas posibilidades, un hoyo en el suelo, un portal en algún espejo, etc.

La cosa me acerco a la ventana y señalo el cielo.

- ¿Neverland está en el cielo? - Pregunte mientras entrecerraba los ojos.

-La segunda estrella a la derecha, todo recto hasta el amanecer. - Respondió a la vez que su cuerpo salía de la habitación.

 - Respondió a la vez que su cuerpo salía de la habitación

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No pude evitar soltar una pequeña e incrédula carcajada.

-Claro, para ti es fácil decirlo. - Le conteste a la vez que le señalaba su cuerpo flotante.

- ¿Te burlas de mí? - Dijo mientras se reía, o bueno, eso creo.

- ¿Y cómo se supone que voy a ir a Neverland? ¿En el avión 9 y 3/4? - Pregunte mientras reía.

-Niña, Niña...- Contesto la cosa mientras se me acercaba. - ¿No te he enseñado ya que la magia es real?

No tengo idea de donde, pero la cosa saco una pequeña bolsa de tela, la cual dentro contenía una especie de polvo dorado.

-Todo aquel que tenga Fe está destinado a llegar a Neverland. - Comento mientras tomaba un poco de aquel polvo entre sus dedos. - Cierra los ojos. - Me ordeno.

No ni m4dr3s.- Respondí instintivamente.

Igual voy a hacerlo y lo sabes.- contesto indiferente a la vez que espolvoreaba eso sobre mi cabeza.

Unos cuantos segundos después sentí como mis pies dejaban de tocar el suelo.

Casi se me escapa un grito al darme cuenta de que mi cuerpo estaba suspendido en el aire.

No pude evitar sonreír a pesar del miedo.

La sensación en mi estomago era muy parecida a la que tengo al subir a alguna montaña rusa.

De pronto note que no tenía el más mínimo control de esto, lo cual es obvio, no sé cómo volar.

Comencé a gritar cuando noté que estaba a punto de impactar con el techo de mi habitación.

PETER PAN Y LA DAMA PERDIDA. *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora