Estaba dispuesta a ponerme en marcha, cuando Tink me detuvo.
- ¿A dónde vas? Es muy noche ya. - Tink me tomo de la mano y me llevo a una habitación con una cama. - Aquí dormirás.
Le sonreí a Tink y le di las gracias. Tenía tanto tiempo sin dormir...
Me recosté en la cama y cerré los ojos.
A la mañana siguiente Sali de casa de Tinkerbell con en fin de ver a Pan.
Creí que estaría en el campamento, pero no. En cambio, me tope con Félix, el cual hacia dibujos en la tierra con una rama.
-Hola, Rubio. - Dije sacudiéndole el cabello.
-Hola, Niña. - Dijo sonriéndome.
- ¿Dónde está Pan?
-En su casa del árbol, supongo.
- ¿Tiene una casa del árbol?
-Si, pero nunca nadie ha entrado.
-Pan es extraño...- Dije mirando al suelo.
-No tienes idea. - Dijo una voz justo detrás de mí.
Sin siquiera tomarme la molestia de girar a verlo le dije...
-Ya se te está haciendo costumbre hacer eso.
-Tal vez. - Dijo mientras alzaba una ceja.
Pan miro a Félix y le hizo una señal.
Félix automáticamente comenzó a hablar.
-John Corto la leña, Dilan atrapo unas cuantas ardillas y Nicolás volvió a quedarse dormido.
- ¿Se volvió a dormir?
-Si.
-Bien...- Pan soltó una sonrisa malévola.
En cuento vi esa sonrisa, supe que algo malo iba a pasarle a Nicolás.
Pan puso una mano en su cinturón y saco una navaja y la levanto en el aire.
Como si se tratase de una clase de señal... todos los niños comenzaron a acercarse a él, incluyendo al pobre de Nicolás.
-Acaban de informarme...- Dijo Pan en voz alta y mirando su navaja. - Que uno de ustedes volvió a ignorar mis ordenes...
Los niños comenzaron a mirarse entre sí con miedo.
- ¿Saben que le ocurre a aquel que desobedece mis ordenes?
- ¡Si! - Gritaron todos al unísono.
- ¿Qué le hacemos?
- ¡Debe jugar contigo!
Bueno... eso no es tan malo después de todo.
- ¡Nicolás! - Grito Pan.
- ¿Sí? - Dijo el pequeño niño saliendo de entre el resto.
-Me has fallado demasiadas veces... ya es momento de que recibas un castigo.
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PETER PAN Y LA DAMA PERDIDA. *EN EDICIÓN*
FantasyLa segunda estrella a la derecha, si... eso fue lo que nos dijeron a todos. En Neverland nadie escapa sin su permiso. El siempre busca más niños, las niñas nunca llamaron su atención para atraerlas a la isla, cree que ellas no saben divertirse tant...