*PV/Peter*
-Ven conmigo. - Le ordene a Tinkerbell.
-Pero... Cleo...- Reprocho el Hada.
-Esta con la sirena, no pasara nada. - Dije tomando a Tinkerbell de la mano y jalándola, obligándola a seguirme.
Caminamos por un rato hasta llegar a un tipo de almacén que había estado resguardando para un día como este.
En el almacén habían un millón de pócimas, objetos mágicos y hechizos neutralizados.
- ¿Qué es esto? - Pegunto Tinkerbell mirando con asombro.
-Son simples pócimas desactivadas. - Respondí tomando algunos frascos.
-Jamás vi este almacén.
-Ese era el punto. - Respondí serio. - Toma todo lo que puedas.
Entre los dos tomamos una buena cantidad de pócimas y las llevamos al campamento.
Al llegar me encontré con los mas pequeños de la isla jugando entre ellos.
Al verme todos se detuvieron.
- ¡Nicolas! - Grite buscando al pequeño con la mirada.
-Aquí estoy...- Respondo el niño con temor.
- ¿Puedo confiar en ti? - Pregunte poniéndome a su altura.
-Supongo...
Aparecí un mapa con la ubicación exacta del almacén secreto.
-Necesito que todos ustedes vayan al almacén y me traigan todo lo que este ahí dentro, ¿Entendido?
- ¡Entendido, Capitán! - Grito el niño con emoción mientras se adentraba en la naturaleza junto al resto de niños.
Al escuchar como me había llamado el niño abrí los ojos al tope.
De pronto la nostalgia se apodero de mi... Comenzando a recordar las aventuras que alguna vez llegue a vivir junto a Tinkerbell y Cleo.
Me senté en uno de los tantos troncos que se encontraban frente a la fogata apagada.
-Aún no lo comprendo...- Dijo Tinkerbell sentándose junto a mí.
- ¿Qué cosa? - Pregunte con mi mirada fija en mis manos.
- ¿Cómo no reconociste los ojos de Cleo? - Pregunto mirándome. - Tu siempre fuiste el que más cerca estuvo de ella, creí que la conocías muy bien...
-Lo hacía. - Respondí rápidamente, interrumpiéndola. - Pero... jamás la vi a los ojos. - Dije soltando una risa nostálgica.
ESTÁS LEYENDO
PETER PAN Y LA DAMA PERDIDA. *EN EDICIÓN*
FantasíaLa segunda estrella a la derecha, si... eso fue lo que nos dijeron a todos. En Neverland nadie escapa sin su permiso. El siempre busca más niños, las niñas nunca llamaron su atención para atraerlas a la isla, cree que ellas no saben divertirse tant...