EN MI CORAZÓN

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CAPITULO 14

EN MI CORAZÓN

*Serena*

El conductor gira en la esquina que lleva me directo a casa, una casa de la que salí huyendo el primer día que me entere que mi novio había recibido un pago por casarse conmigo o al menos eso era lo que yo creía.

Suspiro una vez más haciendo que el vidrio se empañe, casi sin pensarlo levanto mi dedo índice y dibujo un corazón donde mi aliento empaño el vidrio, y dentro de este dibujo un a D.

«Esto es horrible»

Mi estómago se contrae de inmediato, al pensar en aquellos ojos azules que se despidieron de mí en ese odioso aeropuerto hace un par de horas.

Me preguntaba si todo esto era real, salí de esta ciudad con el corazón roto y regreso con mi corazón lleno de amor pero la causa de ese amor se quedó a miles de kilómetros de distancia de donde yo me encuentro ahora.

Sería posible que mi corazón se oprimiera cada vez que pienso en esa pelinegra alado de Darien.

—Por lo más sagrado que tengas morena más te vale no acercarte más de lo debido. —mascullo entre dientes al sentir una aguda punzada de celos.

—Dios mío...—Giro hacia la derecha donde una muy divertida Mina me observa —me encogí de hombros. —Jamás te imagine siendo unja mujer celosa.

—No estoy celosa...solo un poco precavida. —Ella sonríe ladina. —Y tú lo estarías también si aquella mujer mirara a Mal de la manera que mira a Darien.

—Si esa mujer mirara a mi Mal como mira a Darien yo ya le habría sacado los ojos.

—Que sutil...menos mal que no eres celosa—sonreímos.

—Oye sé que va a sonar cruel lo que voy a decir pero tienes una ventaja en todo esto, Dar ignora las miradas lascivas de ella. —suelto el aire mirándola sorprendida—si lo se suena horrible pero es verdad, él no la puede ver y ya sabes lo que dicen los hombres, se dejan llevar mucho por lo que ven y por más que ella se le insinué no conseguirá nada.

—No sé cómo sentirme al respecto si aliviada o horrible por sentirme aliviada.

—Las dos cosas.

—Okey entonces me siento horriblemente aliviada de saber que mi novio no puede ver los avances de esa Rei. —suelto sarcástica.

—Señorita ya llegamos. —el conductor anuncia la llegada bajando del auto—suspiro una y otra vez antes de atreverme a salir del auto.

—Nos vemos luego Mina. —ella saca la cabeza por la ventanilla a la vez que el conductor coloca mis maletas a mi lado.

—Hey chica ruda, tu puedes hacerlo y si vez a Jedaite patéale el trasero de mi parte—sonrió.

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