Dicen que dos almas gemelas se pueden encontrar, sin importar el tiempo, sin importar los años.
Dicen que el amor verdadero perdura eternamente.
Dicen que siempre encuentras a tu alma gemela, tus ojos no lo reconocen, pero tu alma y tu corazón si.
D...
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Capítulo 15
*Amy*
Cruce las piernas frente al hombre delante de mí, este observaba cada uno de mis movimientos sin perder de vista mis muslos.
—Creí que sería más difícil—afirmo.
—Darien tiene una historia que aunque él no lo crea lo dejo bastante marcado, es muy parecido. La tonta mujer que busca un reemplazo hasta que su amor la vuelva a buscar—sonreí complacida—el solo necesitaba un empujoncito para caer.
—Eres buena en esto.
—Estoy segura de ello, llevo jugando mucho tiempo con ese hombre como para que ahora venga esa muchachita idiota a acabar con mi juego, ahora lo quiero para mí y espero que tú hagas bien tu trabajo y que la próxima vez no digas algo estúpido y hagas que se marche sin que antes les haga una foto.
Este solo sonrió con burla.
—De que demonios te sirve una foto cuando el imbécil ni siquiera puede verla.
Sonreí.
—Tienes razón pero te aseguro que lo que busco con la foto no es la reacción de Darien si no la de Malachite.
— ¿Que tiene el que ver?
—Se siente culpable por lo que le paso a su hermano y al amor de su vida y sé que alejaría a Serena en un dos por tres de Darien si se lo propone.
—Me vas a contar esa historia algún día. —se acercó hacia mi despacio y sin ninguna prisa mientras su dedo índice se deslizaba por mi muslo hacia arriba.
—Algún día...pero no ahora. —asalte su boca creyéndome vengada por quedarme también con su hombre.
—Eres deliciosa.
— ¿Quieres ir a mi cama?—asintió besándome—Diamante Black, vamos a ver qué tan bueno eres en la cama.
*Mina*
—No, Mal a Londres no.
— ¿Porque no?, eso sería más seguro, no sabes si Serena ira a buscarlo.
«Dios mío que novio tan terco»
—Créeme que irá, ella está un poco resentida pero jamás dejaría que el sufriera por algo.
— ¿Segura?—lo escucho dudar.
—Mal deja de dudarlo tanto que haces que me ponga nerviosa y dude también—lo escuche sonreír—Te extraño.
—Y yo a ti hermosa... ¿entonces?
—Entonces haz que Darien se preocupe mucho por Serena y valla hacia esa cabaña y yo dejare a Serena justo donde la queremos.
