Dicen que dos almas gemelas se pueden encontrar, sin importar el tiempo, sin importar los años.
Dicen que el amor verdadero perdura eternamente.
Dicen que siempre encuentras a tu alma gemela, tus ojos no lo reconocen, pero tu alma y tu corazón si.
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LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE INEDITA PERO LOS PERSONAJES SON DE LA MARAVILLOSA NAOKOTAKEUCHI
CAPITULO 16
*Serena*
Mire a Darien por encima de la copa de vino, podía ver como su cuerpo estaba aquí pero su mente estaba en algún lejano al que por dos días no había podido llegar.
"Hazme el amor" Esas fueron las últimas palabras que dije antes de que Malachite llegara a la cabaña reventando de felicidad, ¿porque?
Porque acababa de enterarse de que mi loca y mejor amiga estaba embarazada, por supuesto que Mal se había disculpado una y mil veces por interrumpirnos, yo lo entendía Darien es su única familia y es natural que haya deseado compartir esa felicidad con él.
Mi problema era que desde ese día algo en Darien había cambiado, estaba pensativo y hasta esquivo conmigo, trate contadas veces de llegar a él pero cualquier intento había sido en vano.
—He estado pensando—levanto su rostro dejando de guiar por mi voz, lentamente deja la copa sobre la mesa a su costado—Mañana debo volver a Londres y me gustaría hacer algo especial para los dos esta noche.
Los músculos de su cuello se tensan visiblemente.
—Creo que sería mejor que descansáramos, supongo que debes tener bastante trabajo acumulado después de que viniste aquí.
Suspire, no me daría por vencida.
—Darien—camine hacia él, su cuerpo estaba recostado en uno de los pilares principales del salón— ¿Qué es lo que te sucede?
Extendió su mano hacia mí la cual tome sin vacilar, tiro levemente hasta que nuestros cuerpos estuvieron juntos.
—Me gusta como hueles—sonreí envolviendo mis brazos en su cintura.
—Tú también hueles muy bien—su aliento golpeo en mi cara cuando pego nuestras frentes. —Dime que te pasa.
— ¿Eres real?—su pregunta sonó casi dolorosa.
—Claro que sí, estoy aquí—tome su rostro entre mis manos.
— ¿Por cuánto tiempo?—en mi pecho una leve presión me hizo querer llorar.
—Hasta el último latido de mi corazón. —Le asegure—y tú me necesitas... ¿lo recuerdas?—no obtuve respuesta aparte de la leve presión de sus cálidas manos en mi cintura—"Nada me hace más fuerte que tu frágil corazón"—aquellas hermosas palabras que él me había regalado—y si quieres ser fuerte me necesitas.
Una calurosa sonrisa se formó en sus labios dándome el valor que necesitaba para decirle lo que creía.
— ¿Qué hiciste para que seas tan necesaria para mí como el mismo aire Serena?—Mi corazón latió un poco más al escucharla sinceridad y el amor en sus palabras.
