Capítulo quinto.

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Al día siguiente, la lluvia no había cesado. El sonido de un trueno despertó a Poché. Advirtió la presencia de un sirviente en su habitación, el chico le dejaba sobre el tocador una caja de considerable tamaño envuelta con elegancia. Abrió el regalo mientras se tomaba una taza de café, tomándose su tiempo para desatar el lazo azul cielo. Gerard se equivocaba, ni todos los regalos del mundo ganarían el perdón de la pequeña, pero no pudo reprimir un grito cuando abrió la caja y vio un elegante vestido rojo con un pronunciado escote, era de gala y parecía haber sido confeccionado por ángeles; al ver la etiqueta lo comprobó, era un Vuitton original.

Casi tira al piso la bandeja del desayuno cuando se levantó de su cama hacia el tocador rosa antaño de su alcoba, se veía al espejo mientras se imaginaba con ese vestido sobre su cuerpo, sin duda alguna resaltarían cada parte del mismo. Se imaginó caminando por la estúpida celebración en honor a la señora y sus cortesanas luciendo aquel vestido, maquillada de manera elegante. A Lucy muriéndose de envidia y a Calle babeando por ella...

¡Un momento! ¿Por qué piensas en Daniela? ¡Al diablo con ella María José, por favor!

Aun así, mirando su reflejo en el espejo se sintió exótica, seductora, orgullosa.

La pequeña no tardó examinar mejor su melena y arrugó el entrecejo. Su ceño se acentuó cuando se miró las manos. Tenía las uñas rotas y sucias. Miró a través de su elegante ventana, había llegado el otoño; la lluvia azotaría Bogotá durante un par de semanas. A través de las nubes bajas y la llovizna que empezaba a caer, distinguió la ciudad que resplandecía a la luz gris del cielo. Recordó las veces que paseó por esas mismas calles con su madre y su hermana menor; Valentina. La más pequeña de los Garzón quedó al cuidado de su madrina

"¿Me recordará?" –Pensó María José- "Debo buscarla, necesito verla"

Se abstrajo en sus pensamientos cuando la lluvia empezó azotar de manera más fuerte su ventana. Ésta dichosa delegación no pudo haber escogido una época peor para visitar la ciudad. Si querían celebrar festivales al aire libre, encontrarían poca gente dispuesta a soportar las inclemencias de aquel clima.

La pequeña María José aún no le había dicho a Gerard si ejecutaría o no a Johann transcurridos cinco días, y él no la había presionado. Se había mostrado amable y atento, le había hablado con suavidad, como si Poché fuera una mascota asustada, volvió a mirarse el pelo y las uñas; si, una mascota deteriorada y salvaje. Se levantó y se encaminó al vestidor. Ya tomaría una decisión más tarde sobre Johann y sus confabulaciones. De momento, ni todos los diluvios del mundo le impedirían que se ocupase de sí misma.

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Medio día después, arreglada y resplandeciente como acostumbraba a ir, Poché decidió internarse en las empantanadas calles de Bogotá. A pesar de la lluvia, la gente buscó toda clase de excusas para recibir a la inmensa caravana. María José se refugió bajo el toldo de una floristería, cuyos dueños miraban admirados la impotente procesión.

Ésta estaba compuesta por carruajes cubiertos, pintados de vivos colores, con bailarinas y varias personas disfrazadas de distintas maneras. Todos los coches llevaban las persianas echadas para protegerse de la lluvia.

La multitud seguía fluyendo hacia la avenida principal y Poché tomó callejones secundarios para evadirla. Se preguntó si Calle habría acudido también a ver la procesión; y si lo habría hecho en compañía de la estúpida de Lucy.

"¿Cuánto tiempo habrán tardado esa idiota y Calle en hacerse inseparables después de que yo partiese?"

Sacudió su cabeza y siguió caminando. Al parecer, Daniela era tan vulnerable a una cara bonita. ¿Por qué había pensado que sería distinta? Poché se contrarió y caminó más deprisa, con los entumecidos brazos cruzados por encima del pecho y los hombros encorvados para protegerse de la lluvia. Veinte minutos más tarde, la pequeña entraba goteando en el vestíbulo de la mansión: y un minuto después, humedecía la alfombra del despacho de Gerard mientras le decía que se encargaría de Johann, de sus sucios documentos y de quienquiera que estuviese conspirando con él.

Al salir del despacho de aquel hombre, Poché se cruzó con aquellos ojos que lograban hacerla sonreír inconscientemente. Calle al darse cuenta de aquel gesto, se acercó a ella, Poché retrocedió un poco y quiso irse a su habitación pero Calle logró tomarla de un brazo y acercarla un poco a ella.

.- ¿A dónde vas con tanta prisa? –Preguntó la más alta­­-

.- ¿Desde cuándo debo darte explicaciones? –Atacó la pequeña­-

.- ¡Uy! Pero qué carácter traes –Bromeó Calle- solo quería decirte que si necesitas algo o quieres salir y hablar con alguien, yo...

.- Que considerada Calle, pero estoy bien –lanzó Poché mientras se soltaba del agarre de la otra- ¿Qué haces aquí, sola? Digo, como has de estar tan ocupada –su tono irónico enterneció a Calle- ¿No deberías estar con tu queridísima Lucy?

- Sin poder evitarlo, Callé empezó a reírse­- Espera Garzón ¿estás celosa?

-Poché se cruzó de brazos y soltó una risita sarcástica- ¿Yo, celosa? Por favor Calle, yo no puedo estar celosa de esa imbécil.

.- ¿Y de mí?

.- Cállate Calle, no estoy celosa de nadie.

.- Estoy empezando a creer lo contrario –Calle empezó acercarse a la más pequeña­- estás celosa, acéptalo.

.- No estoy celosa, deja de pensar idioteces

.- Uy, si está celosa.

.- Que no.

.- Que sí.

.- Para poder celarte debería sentir algo por ti, cosa que no pasa.

La sonrisa de Calle se borró completamente de su rostro, si tenía alguna esperanza de acercarse a María José, ésta le había dejado en claro con ese comentario que no lo permitiría.

María José sintió una punzada en su pecho al momento de que esas palabras salieron de su boca, cuando notó que la otra dejó de bromear, entendió la magnitud de aquella frase.

.- Tienes razón, buenas noches María José.

.- Buenas noches Calle.

Las dos tomaron caminos diferentes para irse a sus respectivashabitaciones. Esa noche ninguna logró conciliar el sueño.    

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GRACIAS POR TANTAS LECTURAS EN TAN POCO TIEMPO, SON LO MEJOR.😭♥♥

Twitter: Dimeandri


La rosa en la guerra. (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora