- ¿Quieres ir a comer algo? – le preguntó él. Ordenando algunos papeles del escritorio. – Aunque si quieres...podemos comernos nosotros... - Jackson lo miró pícaro. Mark negó con la cabeza, terminando de arreglarse la ropa en su lugar.
- Cánsate de mí. – le dijo, sonrojándose al observar el papeleo desordenado.
- Nunca. – le respondió él. Tiró algunos documentos a la basura. – Pero enserio, dime que no tienes hambre...
- ¿Crees que no? - Mark se acercó a él, quiso sentarse sobre sus piernas, y él...adivinando mágicamente lo que sentía lo cogió de las manos e hizo que se sentara.
- Vale, yo invito. – le besó un hombro descubierto. - ¿pescado?
- ¡No! – Mark le golpeó una pierna tiernamente. Jackson sabía que lo odiaba.
- Estoy bromeando. – le dijo. – será lo que tú quieras. – lo miró dulcemente a los ojos. Era verdad, estaba muerto por él. Buscó algo entre sus bolsillos traseros del pantalón. – Quería decirte algo...
- ¿Qué, mi amor? – le preguntó, besándole la mejilla, le dedicó una bonita sonrisa, animándolo.
- Yo...bueno, no se... no sé cómo se hace esto... es la primera vez que lo hago... - Mark soltó una risa, ansioso por escuchar lo que Jackson le diría. – Quieres...aunque sé que aceptarás...pero... - respiró hondo. Era única la manera en la que Mark podía convertirse en su debilidad. - ¿quieres salir conmigo hoy por la noche? – sacó de sus bolsillos un par de entradas para la fiesta de luces de hoy por la noche. Mark entreabrió los labios. – seremos tú, yo... frente al mar, luces, guitarras y varias personas más...pero ellos no cuentan.
Mark le besó la boca de nuevo. El gesto era precioso. ¡No se podía creer que sabía cada uno de sus gustos! Lo complacía de todas las maneras.
- Hey... - le interrumpió él. – todavía no acabo. – le sonrió. Sacó una tarjeta de crédito y se la entregó. – cómprate lo que quieras para hoy, quería comprarte algo yo... pero tengo un gusto pésimo. – admitió. Mark recibió la tarjeta entre sus manos.
- ¡Te amo! – le gritó. Besándole las mejillas, la nariz, los labios, el mentón, el cuello, las orejas. Jackson se estremeció por dentro. Lo cogió de la cintura y se la abrazó.
- Y yo a ti. – le acomodó el cabello, mientras él no dejaba de sonreír. – mucho... de aquí hasta la Luna, aunque igual me faltaría...
- Entonces... ¿infinito? - Mark se mordió los labios. Jackson lo besó sutilmente.
- Infinito.***
- ¿Y? – BamBam lo miró esperando su respuesta.
- ¿Qué? – le preguntó Mark, disimulando lo más que podía. Tomó de su taza de chocolate caliente y se dedicó a mirar sobre el cristal de la cafetería. Una sonrisa se le salió. - ¿Qué quieres saber, eh?
- ¿Cómo estuvo la reconciliación? – su amigo le dedicó una mirada cómplice.
- Bueno, ya sabes... normal...
- No hablas en enserio.
- No, la verdad no. Quería ver tu reacción. – tomó de nuevo de su taza humeante y la dejó sobre la mesa. - ¡Pero es que ha sido demasiado para contártelo ahora!
- ¿Y por qué no? Tenemos todo el tiempo del mundo, tonto. Pero dime... ¿pasó algo anoche?
- Que no pasó...
- ¡Joder! ¡Cuéntame de una vez! – le gritó, Mark soltó una pequeña risa. Recordar todas y cada una de las cosas que habían pasado anoche le ponía la piel de gallina. Y mucho más las que habían pasado hace algunos minutos. Simplemente había sido fantástico. - ¿se reconciliaron?
- ¡Sí! – le respondió Mark. – llegó a Las Vegas... logró que saliéramos de ahí y bueno... estaba muy cansado así que tuvimos que parar para que durmiera.
- ¿Y, y, y?
- La verdad... - Mark sonrió. Una bonita sonrisa que seduciría al hombre más santo del planeta. – la verdad no dormimos...
BamBam hizo un sonido largo, fastidiándolo. - Bueno, yo tampoco duermo mucho desde que conozco a YuGyeom... - BamBam puso los ojos en blanco, Mark soltó una risa.
- ¿Qué tal lo hace?
- Mueres si lo pruebas.
- Pero no supera a Jackson, eso te lo aseguro...
Bam lo miró mal. - Claro que sí. – le dijo como si se tratara de algo natural. – Aún no puedo creer que los dos se hayan puesto de acuerdo en esto de la cita por la noche... - negó con la cabeza y una sonrisa se asomó en sus labios. – el ropa que he comprado parece de una puta, joder. – ambos rieron. – Pero él dice que no hay problema.- Y ambos se rieron unos segundos más. Se habían tomado esos pequeños minutos para hablar de ellos, como hace mucho que no lo hacían. Pero no solo para hablar de ellos dos... Bam necesitaba preguntarle muchísimas cosas más a Mark. Cosas que ni él mismo tenía en claro. - ¿Cómo está tu padre? – le preguntó. Mark se quedó callado. ¿Era necesario recordárselo ahora mismo? Cuando se la estaba pasando tan bien. Cuando por fin parecía que su vida recobraba sentido.
- No quiero hablar de él...
- Entonces... ¿te puedo hacer otra pregunta? – le cuestionó.
- Sí. – afirmó Mark. Aunque con miedo dentro de sí, no sabía con qué pregunta se toparía ahora.
- ¿Qué crees que pase cuando te encuentre? – Bam lo miró acongojado. Y Mark... él simplemente no supo que responderle. No lo había pensado. Ni siquiera se lo había imaginado. El tan solo hecho de saber... que en algún momento eso pasaría... ese momento en el que Jackson y su padre se encontrarían...ese momento que llegaría en cualquier instante, y en el menos esperado.
- Yo estaré ahí para defender a Jackson, es lo único que sé. – le respondió. – pero no me preguntes sobre lo demás...yo... yo no sé qué más pueda pasar después.
#MarksonIsLife