Misma noche del miércoles.
Se acostó. Mark estaba de espaldas y tenía las sábanas subidas hasta la nuca. Su espalda subía y bajaba al ritmo de sus respiraciones. Qué bonito era... le entraron muchísimas ganas de acostarse con él, despertarlo, oírlo protestar por haberlo despertado... tal vez hacer el amor entonces, quitarle la ropa, escucharlo excitarse en medio de la noche mientras se subía encima de él, o tal vez escucharlo gemir suavemente mientras él lo llenaba con todas sus fuerzas. Sentía tantas cosas cuando lo veía. Tantas. Tantas e innumerables cosas. Deseaba besarlo, hacerle el amor brutalmente. Pero a la vez...también le gustaba verlo dormirse y acurrucarse en su cuello, que se lo besara, que lo llenara de su tibio aliento. Levantó las sábanas y se arropó junto a él. Al parecer no lo había sentido todavía. Estaba completamente envuelto en ese sueño. Entonces, bajo las sábanas, pasó sus dedos por su cintura descubierta. Su piel estaba caliente. Se relamió los labios. Deseaba tocarlo. Tocarlo más. Y no lo pensó mucho para hacerlo. Metió sus manos bajo la camisa de su pijama. Erizándole la piel en medio de los sueños que en ese entonces estaba teniendo... logró llegar hasta su cuello y volvió a bajar con la misma lentitud.
- Mnh... - lo escuchó decir. Él soltó una bonita sonrisa. ¿Qué pasaría si en vez de sus dedos, fuera su boca lo que lo hiciera sentir todo eso? Se inclinó y mojó sus labios con su lengua húmeda. Suavemente estampó sus labios sobre la espalda descubierta de Mark, moviéndola tan deseoso, tan sensual, tan excitante. Pero no quiso subir a tocar su cuello, si no más bien bajar y tocar la cobertura de sus caderas. Se las besó, esta vez cogiendo los bordes de sus boxers y bajándoselos silenciosamente. — oh... - murmuró él ahora. Se los había bajado lo suficiente como para besarle el culo bajo la oscuridad. — Jackson, para... - dijo riendo.
- Pensé que dirías otro nombre. — le contestó él. Sus voces eran las únicas que sobresalían a esas horas de la noche.
- ¿Qué haces ahí? — murmuró, ahora abriendo los ojos.
- Me dieron ganas de... - quiso seguir hablando, pero el cuerpo de Mark aplastó el suyo sigilosamente, cubriendo su boca con la de él.
- ¿De qué? — dijo mientras lo besaba. Un beso con lengua. Húmedo. Delicioso. Jackson no dudó en empalmarse de un momento a otro.
- Nada, solo me gusta molestarte. — le acarició las piernas desnudas. — te ves genial durmiendo, provoca follarte ahí mismo... –
- Podrías ser un poco más romántico... - Mark le jaló una mejilla.
- Es que contigo no se puede. — admitió él. — me pones tanto, te lo juro. –
- Siempre me lo dices. –
- No me gusta mentir. –
- Seguro muchas te ponían así antes de conocerme... –
- No es eso. — aclaró él. — tú me pones, me excitas, me gustas, me encantas, me fascinas... todo lo que me haces sentir lo tengo impregnado en la piel desde que te conocí. — le dio un besito pequeño en los labios. — eres especial. – Mark se acurrucó sobre él. Se quedaron en silencio por varios minutos. Jackson le acarició el cabello... Estaba viendo la manera de decírselo de una vez por todas. Mark debía enterarse. Debía saber que su propia familia le estaba haciendo daño. Que su propio padre... también estaba detrás de todo lo que había pasado la otra noche con él. - Tengo algo que decirte. — empezó. Rogaba con todas sus fuerzas que Mark no derramara una sola lágrima más. Simplemente había llorado mucho desde que lo conocía. No lo merecía.
- ¿El qué? — preguntó él, aún sin levantar la mirada.
- Solo no quiero que te afecte... - murmuró. — no quiero que llores más por lo que te voy a decir. No vale la pena Mark. — le dijo, acariciando su espalda. Él lo dejó hablar sin interrumpir.
- Vamos, solo dímelo... - él asintió con la cabeza, dándose fuerzas a sí mismo. Solo tenía que tener las agallas suficientes como para contárselo y todo habría pasado...
- Min Yoongi te ha tendido una trampa. -Mark abrió los ojos. ¿Yoongi? Joder, muchísimo recuerdos se le vinieron a la mente. Recuerdos que jamás quisiera volver a vivir. El encierro de su padre, las veces que discutían y Yoongi... que insistía en casarse con él, aunque Mark no lo quisiera. Y su padre, que deseaba que se casara con cualquiera, si eso era suficiente como para que Mark olvidara a su secuestrador. Las peleas. Él no aguantaba ni un día más encerrado. Y Yoongi, que no hacía nada al respecto. - Él es que el que está detrás de todo lo que te pasó en la fiesta. — le dijo sin más rodeos. — y no solo él, si no también tu padre.
- Qu...¿Qué? – susurró. No supo por qué, pero las lágrimas no le salieron. Simplemente estaba harto de tantos problemas. Y ahora resultaba que su propia familia era quién se los seguía dando. ¿Por qué? ¿Acaso querían verlo destruido por el simple hecho de a ver preferido una vida con Jackson y no una vida de mierda con ellos? ¿Por qué coño no lo dejaban en paz de una vez? ¿Qué más querían de él?
- Tú y yo sabíamos que esto iba a pasar. – le dijo él, pegando su cuerpo aún más. Mark no se había atrevido a mirarlo todavía. Estaba avergonzado. Mucho. Muchísimo. Avergonzada de él, de su propio padre. – Sabíamos que ellos te buscarían... - volvió a decirle. – lo supimos el mismo día en el que huimos.
- ¿Qué quieren de mí? – preguntó. Con un hilo de voz. – He estado encerrado por un año Jackson, sin poder salir a donde yo quisiera, sin poder hacer lo que a mí me gusta... ¿Qué más quieren de mí? ¿quieren encerrarme de nuevo, es eso? – la voz se le hizo más pequeña, perdiendo fuerzas. Sus ganas de seguir hablando disminuyeron, hasta sentir los fuertes brazos de Jackson abrazarle el cuerpo. – lo único que quieren es hacerme daño... -
- No llores. – le dijo. – Mark Tuan es más fuerte que todos estos jodidos problemas ¿vale? Lo eres. Me lo has demostrado. –
- Ya no puedo más, Jackson... -
- Sí puedes, nene. – lo abrazó aún más fuerte, pidiendo de miles maneras que Mark no derramara ni una lágrima más. – sí puedes, gatito. – él soltó una risa, mezclada con cierto dolor en su voz. – somos más fuertes que todo lo que nos está pasando. – sus cuerpos se tocaron cada vez más. Juntos. Unidos. ¿Qué podía salir mal si lo estaban? Eran más fuertes que todo en el mundo, a pesar de que todo el mundo estaba en contra de ellos. Eran el equipo perfecto, la mejor historia, se amaban... y no había nada que pudiera detener eso. – tenemos que acabar con esto... -
- ¿A qué te refieres? – le contestó.
- Tenemos que enfrentar a tu padre.
- No...no Jackson, tú no lo conoces, por favor... - se sentó sobre las sábanas. Jackson hizo lo mismo. – Tú no sabes de todo lo que puede ser capaz si es que tú te le enfrentas...-
- Oye... - le acarició una mejilla. ¿Qué acaso no tenía claro todavía que él podía hacerlo todo por su amor? – todo va a estar bien. –
- No lo hagas por favor... - sus manos se tocaron. Un fuerte espasmo recorrió el cuerpo de Jackson al sentir la piel de Mark. – solo vámonos de aquí, que nadie nos encuentre nunca. –
- ¿Y si mejor cambiamos de táctica esta vez? – él le dedico una sonrisa preciosa. No se lo había dicho, pero ya tenía todo arreglado y perfectamente planificado para encontrarse con el gran Raymond Tuan mañana. Para enfrentarlo de una vez por todas. Y después de eso... por fin... los problemas se habrían acabado...- esta vez no quiero escapar. No más... quiero que tu padre sepa que me has cambiado como nadie. –
- No quiero que te haga daño, Jackson... - los ojos de Mark brillaron en la oscuridad. Lloraría. Pero no por los problemas, si no por él. Tenía una ligera sensación en el corazón que no lo dejaba en paz. Un presentimiento. – y...¿y si no te vuelvo a ver?- Jackson lo besó en la boca. Sus labios abrieron los de él con suavidad. Jugó con su lengua. Amaba besarlo de esa forma. Tan sensual, tan excitante, tan único. Mark le correspondió el beso.
- Si no me vuelves a ver... - le dijo entre besos. Mark derramó la primera lágrima. - debes contarle a tus hijos que fuiste el único que logró cambiar al hombre más duro de todo el mundo. - Mark sonrió... - y que llegaste a seducirlo tanto... que hasta daría la vida por ti.
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