La puerta de la oficina resonó entre el silencio. - Pase. – dijo, concentrado con algunos folios. Joder, odiaba ese trabajo como ningún otro.
- Hola... - Jackson reconoció la voz de Hyuna de inmediato. Levantó la mirada y dejó los papeles a un lado. - ¿podríamos hablar?
Jackson se quedó sin palabras al verla. Estaba muy bonita. La verdad siempre lo estaba. - Sí. – le contestó él. Hyuna cerró la puerta detrás de ella. Quedándose a solas con Jackson.
- Tu jefe me dejó entrar, gran tipo, eh.
- Sí, lo es... - Hyuna paseó por la oficina, de un lado para otro. - Pero también me dijo que te ibas. - Jackson tomó aire. Vale, Hyuna era solo su amiga. O al menos eso pensaba él. Pero de alguna manera, un regocijo le acobijó el estómago al escucharla decir eso. - ¿Por qué? – le cuestionó ella. - ¿es por mí? ¿te irás por mí?
- No, no...joder...esto no es por ti, simplemente quiero empezar en otra parte.
- ¿Mark te ha pedido que te alejes de mí?
- ¿Por qué siempre piensas que es él quién me pide esas cosas? Mark es increíble, solo te hace falta conocerlo.
- Lo siento, pero no quiero. – admitió Hyuna. – solo me faltaría eso...conocer al hijo de un imbécil que se caga en dinero. Me imagino que clase de chico será...
- No es como tú piensas.
- Vale, me da igual. ¿Pero es por él, verdad? Seguro no quiere seguir ni un segundo más viviendo en el mismo lugar que tus amigos. Seguro le apesta.
- ¡Basta! – gritó Jackson. - ¿has venido hasta aquí para esto? No te hace falta, yo sé muy bien quién es él. - Aquellas palabras solo hicieron que el rencor en Hyuna creciera. Desde hace días venía pensándoselo bien y deseando con todo su ser decirle a Jackson qué pensaba de su novio. Y aunque moría por decírselo... sabría que eso no cambiaría las cosas.
- Perdona. – murmuró ella. – pero no te vayas, por favor... - la voz se le quebró de un momento a otro. Perdiendo fuerzas en toda parte de su cuerpo, cubriéndose el rostro.
- No llores, Hyuna...esto no vale la pena. – se acercó a ella, siempre había tenido un aire protector cada vez que intentaba hacerle cariño. La abrazó. – tú...tú sabes perfectamente lo importante que eres para mí... - la abrazó aún más fuerte. De pronto, alguien abrió rápidamente la puerta de la oficina de Jackson. Era el de la oficina de al costado.
- El señor Shing te está llamando. – dijo mirando, dubitativo, toda esa escena. Ese no era el novio de Wang, claramente.
- Vale, gracias por avisarme. – le dijo. Este desapareció de nuevo. - ... regreso rápido... - le dijo a Hyuna, saliendo de inmediato. La puerta se cerró, y Hyuna se quedó completamente sola en aquella oficina.
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Y más juegos. Y las luces fluorescentes. Y él que no dejaba de bailar. Joder ¿Cuántas copas se había tomado? Que importaba, Bam estaba a su lado y no dejaría que nada malo le pasara. Y la música. Genial, estupenda, maravillosa. Buen ritmo. Y que buenos hombres... si, podrían mojar hasta a los más santos. Medio desnudos bailaban sobre los tubos de acero, sobre las tribunas circulares. Cada uno sobre la suya. Una fiesta con hombres deseables. Pero no, podía jurarse que nadie era mejor que Jackson en aquella despedida de soltera. Y un mesero pasó por su lado, cogió una copa más de vodka, se la tomó entera. La música que sonaba cada vez más fuerte. Basta, deja de tomar como si no supieras que tan mal te pones. Pero en vez de eso, tomó una más. Y otra. ¿y Bam?¿donde coño se había metido? De pronto ya no estaba a su lado, en vez de él, había una mujer que le doblaba la edad bailando con un stripper.