Hyuna estacionó su viejo Renault. Resopló su propio cabello quitándoselo de la frente. Era ahora, o nunca tendría el valor de ver a Jackson de nuevo. Sin pensárselo mucho y darle mucha vuelta al asunto, tocó la puerta principal mientras se acomodaba la falda tejana. Él le abrió la puerta.
- Ah...hola... - le dijo casi estupefacta. Dios, era en ese momento donde notaba lo mucho que le gustaba. Él le dedicó una sonrisa a medias.
- Hola...
- ¿Puedo pasar? – le preguntó ella, Jackson solo asintió, abriendo más la puerta principal, haciéndola pasar. De inmediato ella se volteó a mirarlo, lo conocía muy bien.
- ¿estás bien?, ¿me he perdido de algo? – dijo riendo. Él la miró enternecido. ¿Por qué Hyuna tenía que ser tan jodidamente asombrosa? Simplemente no se merecía nada de esto. Cerró la puerta.
- Perdón por no llamarte...
- No te preocupes. Ya me acostumbré a que estés desaparecido siempre.
- No, no...no es así...
- Hey. – ella le acarició una mejilla. Jackson sintió un pequeño remordimiento en el corazón. – está bien, ¿estamos bien, no?
- Creo que sí - Un silencio incomodo se paseó entre los dos. Hyuna decidió romperlo.
- ¿Crees?
- Yo... Hyuna...es que... - murmuró. – quiero que estemos bien ¿vale?, como amigos, que todo esté bien... -ella sintió una oleada fría en el estómago al escucharlo hablar. ¿Por qué recalcaba la palabra "amigos"? lo eran pero...¿es que acaso Jack se había olvidado del beso de la otra noche? ¿o simplemente no había significado nada?
- ¿Se puede saber que te sucede? – le preguntó ella. Y entonces recordó. La última noche. Aquella que habían hablado por celular. El cumpleaños de YuGyeom. Jackson no fue por ella. Y no había ido por ella por que... - ah...¿tu novio te ha prohibido que me veas? ¿es eso? – le preguntó. Y era como si ella misma se hubiera marcado el corazón con una navaja gruesa. Le dolía. Le dolía Mark y lo mucho que aún podía importarle a Jackson a pesar del tiempo. Era injusto. Injusto para ella, que había pasado un año cerca de él solo para enamorarlo.
- No, Mark no es así...
- Claro, defiéndelo. Joder, no puede ser que seas tan idiota. – le dijo sin pensar, y a continuación, lo siguiente también lo diría sin antes meditar. – no puede ser que sigas enamorado de él mientras yo he estado a tu lado todo este tiempo Jackson... - un nudo se le formó en la garganta al escuchar sus propias palabras. Él la miró atónito. Sin saber que decirle. – no sé que vine a hacer aquí...
Jackson la cogió del brazo. El frágil cuerpo de Hyuna quedó cerca de él. Sin fuerzas. Sin siquiera poder defenderse en ese momento. Y a él... lo único que se le ocurrió hacer en ese momento fue besarla. Un beso pequeño, que luego se convirtió en algo más grande...y más. Sentía que de alguna forma debía agradecerle por todo lo que había hecho por él. Sabía que Hyuna no se merecía nada de esto. Era única. Y merecía a alguien que la quisiera por completo. No alguien que tuviera en la mente a otra persona.
- Perdón. – se disculpó él. Ella se separó. Respiró hondo, mientras se limpiaba las lágrimas, algunas risas se escucharon en las afuera de la casa. Una cerradura. Y la puerta se abrió. Mark y BamBam entraron. Bam dejó de reír el mismo instante en el que vio a Hyuna. Mark también la miró. Y Hyuna hizo lo mismo. Cruzando miradas por primera vez.
- Me tengo que ir. – dijo ella, tímida. Por primera vez había visto a Mark. Ni siquiera por fotos lo había visto antes. Y era precioso. Sí, mucho. Tan solo con mirarlo había comprendido por qué Jackson se había enamorado de él. Era bonito y sutil. Y eso...eso solo le molestaba más. Sin decir más, salió de la casa. Y es que no tenía que decir ni hacer nada más por ahora, todo estaba hecho, y él le había roto el corazón en pedacitos infinitos. Hyuna cerró la puerta de la casa después de verlo salir, mientras Jackson intentaba cambiar de rostro al ver a Mark mirarlo dudoso.
