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Capítulo 36

- Esto va a salirte caro -recorrió el auto con la mirada--

—Erick, solo haz lo tuyo -dijo sin hacerle caso a su acotación-

Christopher se aproximó al Peugeot con intenciones de forzar la cerradura. Esa era su especialidad, abrir puertas de autos sin necesidad de una llave. Ya había perdido la cuenta de cuentos autos había tomado prestado para dar un paseo con alguna que otra chica que encontraba por ahí.

Tras dos intentos fallidos, Christopher comenzaba a perder las esperanzas en Erick, pero este último no se daba por vencido. Tras un tercer intento, la puerta se abrió junto con un "clack". Ambos sonrieron por el perfecto trabajo que habían hecho, más bien que el bronceado había hecho.-

—Eres un genio -espetó Chris--

—Lo sé -alzo su barbilla en signo de orgullo--

—No era para que te la creas así -Christopher se sentó en el asiento del piloto seguido de su amigo, el cual se sentó en el del co-piloto.-

—Ahora te toca hacer lo tuyo.

Como Erick era experto abriendo puertas, Christopher era experto encendiendo coches sin necesidad de llaves.
Unió dos cables tratando de que hagan contacto. A la primera no salió, pero a la segunda el motor se encendió dando a entender que el trabajo de Christopher había concluido exitosamente. Aceleró el coche riendo por lo fácil que había sido. Antes tardaba más haciéndolo, eso era un claro ejemplo de que había que practicar para hacerlo cada vez mejor.-

—Lo hice en dos intentos. Te gane -se burló Chris--

—No vale. Lo mío era más difícil -se cruzo de brazos haciendo puchero como si tuviera dos años--

—Claro, porque abrir una puta puerta era muy difícil -le pegó en el estómago, pero el golpe fue amortiguado por los brazos de Erick--

—¿Y ahora qué?-

—A llevarlo con Renato.

***-

—Dilo, Renato. Yo lo agarro de atrás -Erick se había puesto detrás de Christopher para amortiguar su caída por si acaso--

—Deja la estupidez, Erick .

—¿Cuánto va a costarme? -dirigió su mirada a Renato. Un tipo de unos treinta y dos años. Su cuerpo era musculoso, espalda ancha, brazos bien formados que te advertían de ante mano que no era bueno meterse con él si no querías acabar en el hospital. Erick y Christopher tenían que estar agradecido de tener una relación "amistosa" con aquel tipo.-

—Mira, Christopher. Todavía no lo he revisado, pero a simple vista no se ve muy bien. La pintura esta rayada, la puerta izquierda abollada. Las luces de atrás están destruidas, el espejo delantero también -se apoyo contra el auto- Va a costarte caro -dijo sincero.-

—Anda Renatito, hazle una rebaja -acotó Chris.

La bola de músculo lo miró fulminante. No le gustaba que le digieran así. Si Erick no se callaba, lo iba a ser callar Renato... y no de una buena manera.-

—De rebajas ni hablar, Bronceadito -le apunto con una llave inglesa- Tengo renta que pagar, no estoy en circunstancias de hacerte una rebaja, Christopher . Lo siento.

Chris torció la boca. Sabía que le iba a salir caro, ¿de dónde iba a sacar la plata? , lo que hacía solo para sentir de nuevo esos besos que tanto le encantaban. Tal vez su tía podía prestarle algo de plata, luego se la devolvería de algún modo. Pero ¿si no? , en ese caso tendría que recurrir a otros métodos.

Chico MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora