{09}

480 70 13
                                    

-Momo-

No pude evitar gritar al ver una escena llena de sangre. Estaba temblando y todos mis vellos estaban de punta. Sin embargo, a mi derecha, Yoongi ni se inmutaba.

Volví a gritar de forma desgarradora y clavé mis uñas en su hombro. Él gritó también, pero de dolor. Yo, por mi parte y debido a la escena del largometraje en el que nos encontrábamos, comencé a sacudir su cuerpo de un lado a otro.

Yoongi, algo cansado, quitó mis manos y uñas de su cuerpo, pero, necesitada de contacto, rodeé su brazo con mi cuerpo, ejerciendo fuerza contra mi pecho y él quedó paralizado.

Otra escena sangrienta apareció y, sin dejar de gritar —no hay que olvidarse de mis gritos—, escondí mi rostro en su camisa, estando casi encima de él. Giré mi rostro de nuevo y, no sé cómo, pero, terminé sentada en su regazo, abrazada a él. Estaba tan aterrada que apretaba tanto su cuerpo contra el mío que lo estaba asfixiando. Golpeó mi espalda pidiéndome que me apartara y así lo hice, sin dejar de estar sentada sobre él.

Al parecer, estaba llorando, y Yoongi se percató de aquello. Secó mis lágrimas con sus pulgares y me abrazó suavemente.

—¿Quieres que salgamos fuera? —susurró en mi oído.

Yo asentí y bajé de sus piernas. Él tomó mi mano y caminamos lentamente hasta la salida.

Ya en un corredor exterior a la sala de cine —y estando yo más calmada—, me di cuenta de algo de alta relevancia.

—Jimin y Jeongyeon no han vuelto al cine, ¿no? —cuestioné señalando el lugar de donde habíamos salido.

Yoongi negó con la cabeza.

—Pero —Él comenzó a hablar también—, ¿es eso lo que te preocupa después de todo lo que me has hecho ahí dentro?

—Sí —respondí sin inmutarme.

—Creo que me van a quedar marcas —comentó sobando su hombro donde había clavado mis uñas minutos antes.

—Perdona —hablé para que no se quejase más.

Yoongi metió las manos en los bolsillos y volvió a fijar su mirada en mi rostro.

—Puedo llamar a Jimin —informó—, esta mañana me dio su número y se supone que habíamos quedado. Puedo llamarlo.

—De acuerdo —sonreí.

Él encontró el número que buscaba entre su lista de contactos y pulsó sobre él.

Se escucho una melodía que sonaba débilmente.

—¿Está cerca? —se preguntó Yoongi debido a eso.

—No sé —contesté sin prestarle atención—. ¿Contesta?

Mi compañero negó con la cabeza.

—Lo llamaré de nuevo —informó. Así lo hizo y, de nuevo, un tono de llamada sonó—. ¿Y si seguimos el sonido para encontrarlo? —terminó por sugerir.

Yo asentí y nos dispusimos a seguir aquella lejana melodía. Resultó ser que provenía del otro lado del pasillo; de los servicios. Y no de un servicio cualquiera, sino del femenino.

—Jimin es gay, ¿no? —le pregunté a Yoongi esperándome lo peor.

—¿Lo es? —reaccionó tan sorprendido que supuse que no tenía idea de aquello—. Y si no lo es, ¿qué supones? —Alcé una ceja, él estaba algo asustado—. No estarán..., ¿cierto?

—Hay que comprobarlo —dije antes de entrar a aquel lugar.

—Hay que comprobarlo —dije antes de entrar a aquel lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Shut up and let's loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora