Shut up and let's love

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-Yoongi-

—¿Por qué te gustaba? —preguntó de forma inesperada, y supe debido a su tono de voz que estaba a punto de llorar. Tenía que evitar eso, así que debía responder con sinceridad lo más rápido posible.

Con sinceridad: la verdad. ¿Cómo decir algo así? No me gustabas, me gustas. Ya me rompió el corazón una vez diciéndome que salió conmigo sin sentir nada más que amistad por mí y no quería una segunda depresión, así que opté por ser sincero al noventa por ciento.

—Me gustabas porque eres genial —dije, intentando ser natural por muy difícil que fuese por mi nerviosismo.

No hubo respuesta alguna, tan sólo se pudieron oír ruidos provenientes de la nariz de Momo, que sorbía constantemente. Su llanto había comenzado y debía detenerlo.

—Momo, ¿estás bi-

Ni si quiera pude terminar la cuestión. Ella comenzó a hablar, con voz alta y ahogada, estaba enfadada y parecía que se atragantaba con sus propias lágrimas.

—¿Có-Cómo puedes decir que soy genial? ¡Soy horrible, Yoongi! —dijo.

Sabía a lo que se refería, la entendí. Este día también me recordaba a los que salíamos juntos. Y dolía.

—Eres tú la que se equivoca—repuse—. Has sido genial y te he admirado desde que te conocí: siempre cálida y confiada. Si ocurrió aquello, fue porque yo te forcé de alguna manera, ¿no es así?

Momo volvió a hablar, con un hilo de voz.

—No me forzaste, Yoongi, fue decisión mía.

Y eso, que no sabía, me hizo saltar de nuevo.

—¿Me dijiste que sí sin más incluso si no me querías? —Creo que hablé gritando esa vez.

—Yo siempre te quise, Yoongi, por eso te dije que sí —repuso ella, esta vez, con un tono sereno—. No quería que se terminase nuestra amistad...

Vale, lo entiendo, ella quería eso, sí. Pero podría haberme explicado que era homosexual, eso me habría herido menos.

—Si tan sólo me hubieses dicho que eres lesbiana —solté, pues debía decirlo.

—¿Qué? —Momo abrió la cortina del probador. En otro momento me hubiese importado verla en ropa interior, pero en ese instante, no fue así (para ella tampoco, al parecer)— ¿Cómo dices? ¿Que soy lesbiana?

—Sí, eso digo —Intenté sonar firme, pero su confusión me contagió a mí también—. No lo niegues, te gusta Jeongyeon.

—¿Y porque me guste una chica, ya soy homosexual?

Silencio. Sólo se escuchaban nuestros jadeos por estar gritando. En ese momento quería responder «sí» ya que así era, pero preferí no hacerlo al ver su expresión de convicción.

—Me gustan los hombres, ¿sí?

Vi como una luz iluminaba el lugar donde me encontraba; intentar acercarme a ella de nuevo no acabaría en saco roto.

—¿Es así? —pregunté, pues no estaba seguro de hacer lo que hice poco después. Ella asintió en modo de respuesta y yo volví a hablar después de acercarme a ella, cerrando la cortina del probador detrás de mí— Entonces, no te importará tanto como creía lo que haré ahora.

Antes de que ella pudiera decir más junté mis labios con los de ella, sosteniendo su mejilla con una mano y apoyando la otra en su cadera. Y diréis: ¿Por qué lo has hecho si sabes que no gusta de ti? La razón es simple, besarla era algo que quería hacer desde hace mucho. Sé que ella no lo aceptará nunca, pero ahora que sabía que no sería tan desagradable para ella, no pude contenerme. Y, hoy en día, no me arrepiento.

Momo mantuvo sus ojos abiertos durante todo el beso y, al separarme de ella, no mostró expresión alguna. Fijó la mirada en mí por un largo tiempo, sin saber que decir —tampoco era necesario que dijera nada, es más, no lo quería—. Cuando abrió la boca, supuse que sería para rechazarme de nuevo. En cambio, tan sólo emitió un casi inaudible «fuera».

Le hice caso sin rechistar y salí del probador, volviéndome a sentar en el sofá de espera. Para mi sorpresa, poco después de sentarme, alcancé a ver una cabellera corta rubia.

Jimin estaría a salvo pronto.