Adam se removía en su escritorio, no sabía exactamente qué hacer. Con solo recordar que Yess había hablado con su jefe anteriormente y había ayudado a que Gina se pusiera en contra le hacía tener desconfianza.
—Bien, ahora debes contarme todo con detalle —indicó Dog con solo entrar—. ¿Cómo es que te encontraron y Yess no ha dicho nada?
El detective lo veía expectante y esperó a que su compañero se sentará.
—No se me ocurrió en ningún momento en que la chica se suicidaría. Además, se miraba mucho mejor de como la encontré. Y bueno, quizá Yess no haya querido decir al ver lo nervioso que me puse al ver mi chaqueta; se había olvidado completamente que la había dejado.
—Me impresionas —aseguró—. Lo bueno de todo esto es que el caso del homicidio quedará cerrado y no haremos mucho papeleo.
—Sí, creo que eso es lo único bueno.
—Y ¿tu chaqueta?
Adam señaló de inmediato al sillón que tenía aun lado del escritorio. Eso era lo que menos le preocupaba, sin prueba, él podía lavarse las manos sin problema; sin embargo, un policía había visto su chaqueta y que Yess lo había encubierto. No había duda que se había metido en un gran problema.
—Bien, te dejo. Porque me has dejado un gran trabajo que hacer y para que no sospechen deberé apresurarme.
—Lo siento Dog. No ha sido mi intención, pero de verdad que te lo agradezco.
Su compañero asintió antes de retirarse y asegurarle a Adam que sabía cómo se sentía.
El detective se quedó solo en su oficina por casi media hora, hasta que Gina entró con un paquete de expediente y sin decirle nada.
Adam la siguió con la mirada esperando ansiosamente que Gina le diera alguna clase de información. Aunque sabía que la rubia estaba molesta; seguramente por no haberle dicho nada sobre la llamada, pensaba.
—¿Has encontrado algo Gina? —quiso saber.
—¿Debería?
El detective se aclaró la garganta antes de pedirle disculpas.
—Gina enserio lamento haberme comportado así. No quería ofenderte, solo estaba molesto y a la vez confundido por la llamada.
La joven se reclinó en el asiento y se quedó viendo fijamente a los ojos.
—Sand, no digas cosas que en realidad no sientes —comentó.
—Estoy diciendo la verdad —aseguró de inmediato—. Creí que la llamada podía ayudar a la investigación y creo que ha sido la peor equivocación que he cometido.
—Y por eso regresas aquí pidiendo mi ayuda nuevamente.
—Bueno, no lo veo de ese modo. Somos compañeros y necesitamos de nuestra ayuda.
—Ayudarnos mutuamente —dijo socarronamente—. Solo porque estas metido en un lio, pero no quisiste escucharme. ¿Cómo es eso que tuviste la oportunidad de ayudar a alguien y no lo hiciste?
—¿Quién te lo dijo? —cuestionó confundido.
—Yess, ella me lo comentó. Pidió de favor que te ayudará y que si no era posible que pidiera que te suspendieran.
—¿Qué? —gritó exasperado—. Eso no es cierto, fue un error lo sé, pero no quiere decir que estoy enfermo y que necesito ese tipo de ayuda.
—Bien. ¿Qué tipo de ayuda necesitas? —deliberó sin importancia la rubia.
—Gina, si estas en ese plan no puedo contarte todo lo que vi. —Se fijó como su compañera ponía sus ojos en blanco—. De acuerdo, la joven me llamó asustada pidiendo ayuda; fui en cuanto pude por eso no te dije nada. Ella me contó cómo fue que la engañaron para que matara a su madre. Sin embargo, ella no tenía ninguna prueba de lo que decía y estuvo a punto de quitarse la vida. Pedí que buscaran el cuerpo...

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Verdades Ocultas
Tajemnica / ThrillerLa culpa es una experiencia disfórica que acompaña a Alan, un joven estudiante que fue culpado por una pareja por la muerte de su hija. Sin embargo, eso lo lleva a enlazar muchos actos extraños hechos por jóvenes en toda la ciudad, muertes extrañas...