No tenía idea por dónde empezar, Alan tenía mucha evidencia y a la vez nada. Esto le hacía pensar que estaba volviéndose loco, que tal vez era algún trauma que había adquirido por lo ocurrido con Sam.
Por un momento pensó que tal vez era la culpa que invadía su mente, la culpa que sentía al no ayudar a Sam.
Se estremeció al recordar el momento en que llamó a su novia con ansias de contarle lo bueno que había sido su primer día de clase. Sin embargo fue la madre de Sam la contestó la llamada, gritándole insultos y culpándole por el suicidio de su hija.
El timbre sonó y lo sacó de sus pensamientos, no había nadie en casa; así que él debía abrir la puerta.
—¡Hey! —gritó Jhonatan al verlo parado frente a él—. Creí que no llegaste a clases porque estabas enfermo, pero parece que estas bien.
El joven negó con la cabeza, sabía que su vecino no estaba preocupado por eso, ni tampoco creía que estaba enfermo. Así que antes de hablar le hizo un ademan para entrar a su casa.
—Estoy bien —dijo al fin—. No pasa nada, solo necesitaba pensar un poco.
Se sentó en el sofá inquieto a todo sus pensamientos y su vecino lo imitó sin esperar una invitación.
Alan deseaba decir todo lo que pensaba, pero no está totalmente seguro de sí Jhonatan lo entendería, al parecer sus demás compañeros creían que era una tontería.
No quiero hacerte sentir mal. —Se excusó como si le leyese la mente— Pero deberías dejarlo así.
—¿No debería investigar? —cuestionó de inmediato—. Tengo que hacerlo, porque no hacerlo es como traicionar a Sam. Es como si no me importara, es aceptar la culpa.
Inspiró hondo al sentirse mareado por todos los pensamientos que le cruzaban por la mente.
—Sé que apenas nos conocemos y que no conocía a Sam, pero te estas arriesgando a algo que no sabemos si existe. Además que esa culpa que sientes es solo subjetiva.
Alan negó con la cabeza, resignado de no poder hacer nada para convencerlo. Esas palabras le dieron a entender que no tendría la ayuda de su amigo.
—No importa lo que pienses, creí que eras mi amigo, que podrías ayudarme, entiendo que no estés dispuesto a hacerlo.
—Alan. —Dio un suspiro desesperado— No hay porque pelear, eres mi vecino y quiero ayudarte, pero no de esa forma. Y si quieres seguir con eso, necesitaras ayuda profesional, porque esto no es una película donde el bueno sale victorioso en su búsqueda.
Cada palabra le sonó ofensiva a Alan, sin embargo no dijo nada y se limitó a asentir con la cabeza.
Jhonatan al ver que su amigo no quería seguir hablando, se imaginó que se encontraba molesto con él. Así que decidió seguir hablando.
—Si dices que tu no engañaste a Sam, es porque no lo hiciste y si sus padres no querían escucharte es porque están dolidos por lo sucedido, no porque te hayan echado totalmente la culpa.
Alan ladeó la cabeza para poder ver fijamente a los ojos a su vecino, intentó vanamente no llorar, pero se asomaron unas tercas lágrimas. El hecho de recordar a su novia y lo sucedido unos días después de haberse mudado le hacían sentirse débil y estúpido.
—Ellos no creen que sea así —dijo sollozando—. Si están molestos es por mi culpa, la abandoné cuando más me necesitaba, me reí de ella cuando... —Hizo una pausa al no estar seguro de cómo fue que ocurrieron las cosas—. Esto es mi culpa y tengo que arreglar las cosas.
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Verdades Ocultas
Misterio / SuspensoLa culpa es una experiencia disfórica que acompaña a Alan, un joven estudiante que fue culpado por una pareja por la muerte de su hija. Sin embargo, eso lo lleva a enlazar muchos actos extraños hechos por jóvenes en toda la ciudad, muertes extrañas...