-¿Irnos?
-Sí.Escaparnos.No puedo soportar verte así,María.
-Nos pillarían y sería peor.
-No podemos aguantar esta situación.Estoy harto joder,lo que nos están haciendo es un delito,es ilegal.
-Ya fuimos a denunciarles y mira cómo acabó todo.
Mi hermano mayor suspiró emitiendo un bufido.
-Hay que hacer algo.
-Víctor,el año que viene cumples los 16,y en esa edad ya tienes más libertad para hacer tu vida y pensar en independizarte.
-Hasta los 18 no puedo ir a la Universidad,tengo claro de que te llevaré conmigo,pero aún tenemos que aguantar cuatro años en este infierno.
-Sshh,calla,me parece haber oído a alguien abajo.
Las pisadas se oían aunque estábamos en la casa de árbol del jardín.
Y entonces la voz que menos queremos escuchar en este mundo habló.
-¡María!¡Víctor!¿Qué hacéis ahí arriba?¡Bajar ahora!
Mi hermano y yo nos miramos y bajamos,agarrados de la mano debido al miedo.
-Vamos a comer ya,poner la mesa.
Ambos asentimos y pasamos a casa,dirigiéndonos a la amplia y luminosa cocina.Yo saqué los platos de porcelana fina del cajón,colocando uno para cada uno en la mesa de madera.Víctor cogió vasos para los cuatro y los cubiertos.
…
Nuestra historia es larga.
Víctor es mi hermano mayor,que tiene 15 años,mientras que yo soy la menor con 14.Siempre hemos estado muy unidos por la poca diferencia de edad y porque somos muy parecidos,tanto físicamente como en nuestro carácter.
Pero todo empezó hace tres años.
Nosotros siempre hemos vivido aquí en Mairena de Aljarafe (Sevilla),con nuestros padres,Rubén y Laura.Éramos una familia feliz,nuestra infancia fue preciosa,he de admitir.No nos podíamos ni podemos quejarnos hoy en día ni de la educación de la que nos dotaron nuestros padres ni del cariño y amor que nos dieron a los dos.
Un día,mis padres tenían una boda que comenzaba a las siete y media de la tarde si la memoria no me falla.Recuerdo que mi padre se encontraba mal y no le apetecía ir,pero el compromiso era de una sobrina de mi madre,por lo que ésta le pidió que hiciera un pequeño esfuerzo y fuera junto a ella.Se despidieron de mi hermano y de mí,diciéndonos que no llegarían muy tarde porque está un poco lejos y no les gustaba viajar de noche.
Pero nunca llegaron.
Ese día estábamos en casa de mi abuela materna,quien se pasó en vela toda la noche esperando a mis padres.
Nosotros como ya éramos mayores (Víctor tenía 12 y yo 11) nos empezamos a preocupar y no nos fuimos a dormir.
Y entonces sonó el fijo.
No pudimos escuchar la conversación entre mi abuela y el señor o la señora que estaba al otro lado del teléfono,pero supimos que era una mala noticia,ya que ella se llevó una mano a la cabeza y se le calló el teléfono.Acto seguido nos miró y nos abrazó.Mi hermano y yo nos miramos y en seguida nos dimos cuenta de lo que pasaba.
El hombre que los arrolló dijo que fue un error,que iba despistado con el móvil y no vió el coche en el que mis padres iban montados.
Al final lo metieron preso con una condena de 15 años.
