Capitulo tres

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-¿Sabes? Tu frasquito de las groserías ya me está aburriendo, me gasto todo el dinero en tu frasco, me alcanza con suerte para una malteada, ¡una!... y de las pequeñas- digo agitando mi vaso de plástico con lo que queda de mi malteada de chocolate con nueces.

Mmm chocolate con nueces… mi favorita.

Mer solo me mira y se encoje de hombros. Le saco la lengua cuando deja de mirarme.

Llegamos a la casa de Chris y Mer toca el timbre, cuando la puerta se abre sale un Chris con cara adormilada, bajándose el dobladillo de la camiseta como si recién se la estuviese poniendo, que sospecho que es así, sus zapatillas están cambiadas y trae unos papeles en la mano junto a su llave del coche.

-Hola chicas- dice con voz ronca. Nos da un beso en la mejilla a cada una y camina a su auto.

-Dios Chris ¿Qué mierda te paso?- Mer lleva sus manos a su bolso para sacar el frasco, pero antes de que lo saque le doy un manotazo en las manos. –Basta con eso-

-Recibí tu mensaje a las tres de la mañana, no he parado de trabajar en esto desde ahí- dice agitando los papeles sobre su cabeza. –Acabo de despertar, se me había olvidado que hoy es su transformación-

-¿Transformación?- preguntamos Mer y yo al unísono.

Chris se sube al auto y nos mira con el seño fruncido por la ventana, se coloca sus lentes de sol y sonríe. –Te mande un mensaje diciendo que hoy sería su cambio de chica… a chico-

Nos hace una seña para que subamos al auto.

-Bien, ¿A dónde señoritas?- pregunta mirándonos por el retrovisor.

-Al internado Hoff…-

-¿Hoffman?- Chris me interrumpe. Mer y yo asentimos. –Diablos chicas, ¿Enserio?-

-¿Por qué tanta sorpresa Chris?-

Suelta un bufido y pone en marcha el auto. –Porque es al puto internado donde voy desde la secundaria-

Mer y yo lo miramos con asombro, pero luego el asombro pasa a ser una enorme felicidad.

-Seremos compañeros hermano- dice Mer exagerando un tono de voz de hombre y pegándole un pequeño golpe en el hombro.

Me rio entre dientes. –Ahora no solo tendré que cuidarte ahí dentro, sino que también me meterás en problemas-

-Como siempre Chris, como siempre- digo sonriendo, iba a agregar otra cosa pero mi teléfono comenzó a sonar.

Veo el identificador de llamadas y sonrío. –Señor Branndon Beadles, se ha acordado que tiene hija-

Escucho su fuerte carcajada del otro lado. Branndon es el mejor padre del mundo, es rockero, lleva el rock and roll en la sangre. Tiene una banda de rock, ahora está en su primera semana de su gira por Europa, me crie prácticamente con mi papa, siempre acompañándolo en sus giras y conciertos junto a Mer, creo que eso explica un poco mi forma de vestir y de hablar… irse de gira con una banda conformada por cuatro solteros mujeriegos y mi padre puede cambiar a las personas.

 Los padres de Mer se divorciaron y ninguno de los dos se quería hacer cargo de Mer, así que mi padre tuvo la gran idea de adoptarla, ahora vive con nosotros y como soy hija única, gracias a dios, me pareció una fabulosa idea.

Mi madre siempre acompaña a mi papa en su primera semana de gira, siempre es así, mis padres llevan demasiado tiempo juntos, se conocieron cuando mama tenia trece y papa tenia dieciséis, y desde ahí no se han separado ni peleado jamás y a pesar de lo diferentes que son se aman, y digo diferentes en el gran sentido de la palabra. Mi mama es Hippie, vegetariana, defensora de los animales y el medio ambiente, por otro lado mi papa es rockero, carnívoro, chaquetas de cuero real, no del sintético, experto en botar la basura a la calle y vulgar, muy vulgar… solo déjate guiar por mi extenso vocabulario de palabrotas y te darás cuenta.

Internado de hombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora