Capítulo XI

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Cuando desperté ya habían pasado las 9 de la mañana, muy tarde en comparación a la hora a la que acostumbro a hacerlo. Y es que pude dormir casi cuando iba amaneciendo, todo debido a esa llamada. Alessia aún dormía, debió llegar hace poco del hospital así que hice desayuno sólo para mí y prendí la tv para pasar el rato, estaban pasando un programa de moda y farándula. Enseguida recordé que aún no sabía qué iba a llevar puesto para la inauguración, corrí a mi clóset y no, no había nada decente. Pude notar un pequeño tumulto que se escondía en un rincón de mi armario, lo saqué y desenvolví. Vaya, no recordaba este vestido. Me lo había comprado mamá para mi graduación pero yo compré otro porque éste era demasiado revelador para mi gusto, no sé en qué estaba pensando cuando lo compró. Ella seguro lo guardó en mi equipaje cuando me fui de Orchards.

Era mi única opción, debía usarlo quisiera o no. No me apetecía ir de compras otra vez con Alessia. El vestido olvidado era largo y elegante, de un color blanco inmaculado con algunos detalles de encajes plateados y negros. El vestido era precioso, sólo que en la parte del busto el escote llegaba casi a la mitad de mi estómago. Me lo puse y me quedaba bien, se ajustaba a mi cuerpo y luego en la parte de la cadera hacia abajo era suelto, se podía notar muy bien mi figura. Me sentía incómoda con el escote pero debía acostumbrarme.

En todo el día estuve nerviosa por cada minuto menos que pasaba, pues ya llegaría el momento. No sé por qué estaba tan nerviosa, tampoco es que era el día de mi boda o algo parecido. Cuando se hicieron las 5:00pm fui a prepararme. Me duché, vestí, maquillé y peiné. Alessia ayudó en las dos últimas cosas ya que ella sabe cómo hacerlo mucho mejor que yo.

– Listo, estás... ¡Demonios, ahora mismo sería lesbiana por ti! – Dijo Alessia.

– ¿Estás segura de que mis pechos no se saldrán de su lugar? Es que no lo sé... me da vergüenza que me vean así. – Dije mirándome en el espejo, tal vez estaba exagerando un poco pero es que no acostumbro a vestirme así

– Tus pechos están bien, ahora mira hacia acá y dame tu mejor pose. Tu madre tiene que ver esto. – Y me tomó una fotografía con su móvil.

Justo cuando guardaba mis cosas en el pequeño bolsito de mano negro, el señor Agramont llamó para avisar que ya estaba abajo. Oh, Dios. Estaba a punto de vomitar de los nervios.

*P.O.V Khaled*

Ya eran casi las 6:30pm así que me encaminé hasta su departamento. Las últimas dos horas han sido las más desesperantes de mi vida, nunca había estado tan inquieto y no sabía por qué me sentía así. Sólo era un típico evento de inauguración.

– Relájate, dijiste que no te ponía nervioso. – Dijo Verena burlona cuando estuve a punto de salir.

– No estoy nervioso, ¿por qué lo estaría? Estoy muy tranquilo. Y ya me voy, ya sabes, pórtate bien.

– ¡Dios, no soy una bebé! ¡Ya lárgate! ¡Ah, y no actúes como idiota! Adiós.

No demoré mucho en llegar, cuando ya estuve abajo la llamé a su móvil y esperé por ella, en menos de cinco minutos ya estaba caminando hacia mí. Y Dios... ¿En realidad era ella? ésta vez volvió a hacer que me quedara como un idiota mirándola. Sus rizos estaban totalmente sueltos y ése vestido... nunca imaginé que ella fuera capaz de usar semejante escote, no es que fuera vulgar, para nada lo era, en ella lucía elegante y... sexy. Tampoco imaginé que su cuerpo fuera así, es decir, es delgada pero se veía muy bien. No soy el tipo de hombre que se come con la mirada a todas las mujeres que se le cruzan por más provocativas que se vean, pero era inevitable no hacerlo ahora con ella, estaba... Preciosa. Anoche no pude dormirme con facilidad por el sólo hecho de haberle llamado, creo que ésta noche pasará lo mismo... ¡¿Pero qué estupideces estoy pensando?! ¡Es una de mis empleadas! Recuperé la compostura cuando llegó hasta donde yo estaba y la saludé.

Incluido En Mis PlanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora