Esto... ¡¿era lo que tenía pensado hacer?! Había varios documentos. El primero de ellos era un acta de matrimonio civil entre Malcom y yo. Dejé de respirar, estaba... Oh no, estaba ¡¿casada con ese miserable?! Evité emitir un grito y rompí el documento en mil pedazos, también estaban aquellos documentos que me inculpaban de la estafa de la empresa O'Neal ¡Ése desgraciado! Fue así como logró falsificar mi firma para todos esos documentos. Los rompí igual que con los anteriores pero lo que colmó la poca paciencia que tenía era un acta de defunción obviamente falsa con MI nombre ¡¿QUÉ MIERDA?! ¡¿Acaso también quería hacerme pasar por muerta?! ¡Ese maldito enloqueció por completo! ésta vez tomé un encendedor que estaba sobre el escritorio y quemé la maldita acta. Quería quemar la casa entero con todos dentro de ella pero me contuve y me apresuré a salir de allí lo antes posible. Estaba demasiado alterada, shockeada y me sentía una completa infeliz ¡Me tenía en sus manos! Aun escapando de él me tenía en sus manos... Conseguí en uno de los cajones la tan anhelada llave, era un manojo con de cinco llaves, sólo de las cuatro ventanas de la sala y la quinta era de la puerta del patio, la que me interesaba. Hubiese sido maravilloso encontrar la llave de la puerta principal pero Malcom no es tan idiota, igual con esto me conformaba, él nunca se hubiera imaginado que escaparía de ésta manera.
Fui rápida pero cuidadosamente hasta el ventanal de cristal y lo abrí. Dejé las llaves insertadas en la cerradura y corrí hasta el árbol para treparlo hasta la altura del muro y mediante otro árbol cercano bajar de la misma manera del otro lado de éste. Así lo hice, pero claro; se me hizo algo difícil ya que desde los nueve años no trepo un árbol, corría el riesgo de caerme y romperme el cuello y también Malcom o uno de sus matones podría atraparme con las manos en la masa. Gracias a Dios nada de eso pasó y corrí por el pequeño bosque, de vez en cuando miraba hacia atrás temiendo que ya me hubieran descubierto y estuvieran siguiéndome pero no vi a nadie. Se formó una pequeña sonrisa nostálgica en mi rostro, había escapado, por fin lo había hecho pero aún ellos podían encontrarme fácilmente y debía llegar a la ciudad por mi propio pie, lo cual no era muy ventajoso. Seguí la dirección que recordaba cuando llegué aquí con Malcom, temía equivocarme ya que estaba muy oscuro y no había señas de que un solo auto pasaría pronto, me sentía como la única persona habitando la Tierra.
Caminé y caminé, por un poco más de media hora, de vez en cuando paraba a descansar pero no por mucho tiempo, no sabía si ya se había dado cuenta de mi huida y no quería darles ventajas de encontrarme. Por fin llegué a la ciudad pero dudaba si era peor haberlo hecho, aquí corría más riesgo de que algo malo me pasara y no lo había pensado hasta ahora. Estaba sola, no tenía dinero, no tenía absolutamente nada y no tenía idea de qué haría. Los hombres de Malcom podrían estar en cualquier parte acechándome y yo no sabría identificarlos. Además había delincuentes por ahí y ya era muy tarde, no tenía un lugar donde pasar la noche y tampoco veía policías o estaciones cerca, no iba a arriesgarme a seguir andando y que un maleante de esos me atrapara y hiciera daño. Me sentía horrible, quería llorar hasta morir pero ya había llegado muy lejos para rendirme ahora, debía seguir. Debía esperar en algún sitio hasta que amaneciera y así poder pedir ayuda exclusivamente a la policía porque en éste momento no confiaba en nadie más.
El sol salió e iluminó mi rostro. Mis ojos sintieron la molestaría de sus rayos y los obligaron a abrirse, lo poco que logré dormir fue soñando con las atrocidades que me podrían pasar si Malcom me encontraba. Me levanté y antes de poner un pie fuera del edificio abandonado donde había pasado la noche me quedé ahí, parada, pensando... ¿Y si cuando saliera de aquí él estaba allí afuera aguardando a que saliera? A estas alturas ya debe estar buscándome por toda la ciudad. Tenía miedo de salir y que me encontrara, ya debe haberse percatado de que escapé y por supuesto debe andar más enfadado de lo posible. Solo pensar en lo que me hará si me llega a encontrar me eriza la piel del pánico. Recordé cuando estuvo a punto de tomarme a la fuerza ¡Quería... matarlo, era repugnante sólo pensarlo! Pensé en todos esos documentos que había encontrado en su escritorio. Sí, los rompí y quemé pero igual debe tener más copias o qué se yo, aún seguía siendo su esclava, maldito desgraciado... Sólo quería hallar la forma de regresar a Vancouver y estar a salvo, en casa con todos... como antes ¡Cuánto los extrañaba! Y a Khaled... ¡Dios, ayúdame! Mis ojos se humedecieron y no pudieron evitar soltar las lágrimas que retenían. Pero las limpié y salí de allí dejando el miedo de lado para ir en busca de ayuda sin importar si Malcom me esperaba para hacerme quién sabe qué...
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Incluido En Mis Planes
RomanceSavannah Munz es una muchacha sencilla, humilde, lista y testaruda que acaba de terminar sus días de universitaria para entrar en el mundo de los negocios como Ingeniera Civil y está muy emocionada por la nueva vida y responsabilidades que ahora ten...