Capítulo II

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– Adelante. – Dijo una voz masculina y entré.

 – Buenos días.

 – Siéntese, por favor. – Dijo el hombre detrás del escritorio y dueño de todo esto, creo que se llama Glenn O'Neal según la recepcionista. Parecía un buen hombre, es muy amable. Dejó lo que hacía con unos documentos y su laptop y me miró.- Usted debe ser la nueva ingeniero...

 – Savannah Munz. – Dije.

 – Munz, sí, bueno, ésta empresa en conjunto con la Agramont, acordamos asociarnos en un nuevo proyecto. No pensábamos hacerlo tan pronto pero fue necesario, no estaba previsto para hoy. Le pido disculpas si la situación la confundió.- Dijo. Era muy amable, a diferencia del otro que iba a ser mi jefe en la Agramont, el tal Colin o Khaled, o como se llame, ni si quiera pudo salir a decirme lo que pasaba sino que me tiró aquí sin ninguna explicación, pero bueno, ya qué, al menos el señor O'Neal es educado.

 – Bueno, sí me sentí confundida y aún lo estoy pero no se preocupe, será un placer trabajar aquí. – Sonrió de una manera muy cálida.

 – Bien, sígame. – Se levantó y lo seguí.

 – Ésta será su oficina, está cerca de la mía, si quiere puede quedarse un momento a checarla, le diré a Eve, mi secretaria, que venga para que le muestre el resto de la empresa y la lleve a la obra más cercana en la que estamos trabajando, yo estoy un poco ocupado, sino la llevaría con gusto. – Dijo casi disculpándose.

 – Claro, esperaré aquí, me gusta la oficina, gracias. – Sonreí, en verdad me gustaba, era sencilla pero moderna y tenía el espacio necesario.

 – Me alegra, bueno, nos vemos. – Se fue y esperé ahí a que llegara Eve. Como dos minutos más tarde entro una mujer que aparentaba como unos 30 años o más, se veía muy seria.

 – Buenos días señorita, acompáñeme, abajo nos espera un chofer para llevarnos a lo que pronto será un club de bowling, de regreso haremos el recorrido en la empresa. – parecía amargada pero era muy dulce.

 – Claro, vamos. – Le sonreí.

La construcción solo quedaba a algunas cuadras del edificio. Habían muchas máquinas y empleados trabajando de un lado al otro, también mucho ruido por el que hacían las máquinas excavando, moviendo tierra, haciendo el concreto y muchas otras cosas. Era maravilloso. Eve me llevo con el ingeniero supervisor, que creo que era el hermano de Glenn, era muy hostil con sus empleados, no me cayó muy bien y ni si quiera empezaba a conocerlo.

Buenos días señor, ella es la nueva empleada de la que le habló su hermano hace poco, se incorporará mañana, el señor Glenn me dijo que la trajera para que conociera el lugar.- Le dijo Eve, pero él solo me miraba como si yo fuera Jerry el ratón y él el gato Tom. Cuando Eve terminó de hablar él tendió su mano para estrecharla con la mía, no sé, este tipo no me da buena espina, o tal vez yo esté paranoica.

– Malcom O'Neal, supervisor y uno de los dueños. – ¿Por qué me miraba así? Ya me estaba incomodando ¡si seguía lo golpearía con alguno de los bloques que hay en el piso!

 – Savannah Munz. – Retiré mi mano rápidamente, no quería seguir sintiendo su tacto, era desagradable.

 – ¿Le estás dando tú el recorrido? Si quieres puedo hacerlo yo Eve, debes tener mucho trabajo con mi hermanito. – ¡Noooo! ¡Di que no Eve, por todos estos minutos de tan hermosa amistad!

 – No se preocupe señor Malcom, su hermano fue quien me mando personalmente, y además este es mi trabajo, usted siga en el suyo, nos vemos.- Parece que mi desagrado hacia Malcom es demasiado obvio ó Eve me leyó la mente. No entiendo cómo me pudo caer tan bien un hermano y desagradarme tanto el otro, se nota que son muy diferentes.

Incluido En Mis PlanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora