Precious mind - |YoonGi|

4. El verdadero primer encuentro

YoonGi

Está encima de mí. Su cuerpo pequeño y cálido sobre el mío, su mano sujetando con una delicada fuerza mi muñeca y su rostro a centímetros del mío.

Quedo congelado.

Me siento tenso, pero de una forma diferente... Mi corazón late rápido contra su pecho y puedo sentir su respiración agitada. Un sentimiento de familiaridad comienza a surgir de la nada mientras veo como ella con su otra mano toma mi mejilla.

Sirenas... explosión... ella.

Mierda.

2017, 22 de abril

- ¡Mierda, sal ahora!

La chica, aún asustada por el repentino intruso, acomoda su ropa y procede a salir de la habitación. Da una última mirada al cuerpo del hombre cubierto de sangre en el piso. El intruso lo había golpeado.

A lo lejos se empezaron a oír las sirenas de policía.

-Mierda, mierda...

El chico miraba a todos lados, tratando de analizar la situación y buscar una forma de salir ileso. No podía ser atrapado robando o sería su fin. Todo estaba marchando bien cuando ingresó a esa casa, hasta que se dio de frente con esa inesperada escena. "No era su problema" se dijo al principio. Pero los gritos de la chica pidiendo auxilio lograron desviarlo de su objetivo inicial.

Las sirenas se oyeron más fuertes y él entró en pánico. Tomó la mano de la chica y la guío rápidamente hasta la entrada principal.

-Escucha atentamente, saldré por la parte de atrás y tú saldrás por aquí pidiendo ayuda ¿okay? - la chica logra asentir apenas- diles que intentaron abusarte- se dio media vuelta, pero al instante recuerda algo más- y no sabes nada de mí, ¿okay? no me viste.

- ¡Espera! ¿Cuál es tu nombre? - preguntó la chica al ver que el intruso procedía alejarse.

-Te dije que no debes saber nada de mí. No necesitas saberlo- frunció el ceño.

-Quiero agradecerte.

- ¿De qué? ¿De no haber robado tu casa?

-No es mía de todos modos- replicó la chica por lo bajo, en un susurro más para sí misma. YoonGi no logró captar lo que había dicho. Pero se le fue suficiente con el triste semblante de la chica.

Obviamente no podía decir su nombre, estaría en problemas. Por alguna razón no desconfiaba totalmente de la chica, pero no era para nada racional sacar a relucir tu información cuando estabas escapando luego de un intento fallido y penoso de robo. Observó a su alrededor en busca de algo que le pudiera servir, y segundos después lo detalló: una bolsa con su contenido regado en el mesón de la cocina enfrente suyo.

-Suga- la miró- me puedes llamar Suga- confirmó para luego salir corriendo por la puerta trasera.

-

Corría serpenteando por los callejones intentando dar con alguna salida. Lo habían acorralado al salir de esa casa y ahora solo le había quedado más remedio que correr.
El sonido de las sirenas se acercaba cada vez más, persiguiéndolo y el corazón estaba a punto de salirse de su pecho. Escaló por un muro que bloqueaba su paso y cayó impactando fuertemente con el suelo. Hizo una mueca de dolor casi imperceptible y maldijo en voz baja. Cuando de repente, escucha esa voz.

- ¡Suga, por aquí! - era la chica. ¿Qué rayos hacia aquí? Aun así, intentó buscarla con la mirada, pero la oscuridad se lo impedía- ¡Suga! - Las sirenas se oían más cerca. Se levantó torpemente y al instante una intensa luz a sus espaldas apuntó en su dirección.