Santiago.
Lo primero que hicimos en cuanto nos vimos fue fundirnos en un gran abrazo, ella no parecía necesitarlo pero yo sí lo quería, me importaba más que se sintiera bien a lo que realmente debía mantenerme alerta, su ex todavía rondaba por su cabeza y al contrario de poder luchar contra eso debía creerle y darle mi apoyo para que se sintiera segura, ya no servía de nada escapar porque ni yo tenía la voluntad de querer hacerlo, era un poco estúpido de mi parte pero confiaba en que ella lo estaba superando. Nos apartamos después de estar unos minutos abrazados y me sonrió, no noté nada de diferente a cómo la había visto la última vez, su mirada seguía con esa misma picardía envuelta, su sonrisa estaba igual de amplia y ni siquiera parecía haber estado afectada la noche anterior.
— ¿Cómo estás?
—Muy bien, ¿y vos?
—Bien, ¿estás mejor?
—Sí súper, fue cosa del momento como te dije, hoy estuve buscando algunos departamentos para ir a ver y como no organizamos nada, pensé que podías acompañarme.
—Sí dale, ¿por acá en la zona?
—Sí por acá, ¿vos estás bien? —me preguntó y asentí tranquilamente, mi guarda estaba alta pero debía comenzar a bajarla porque simplemente era ella. —tenés cara de cansado.
—Puede ser un poco, Lupe estaba muy inquieta y se despertó varias veces.
— ¿Por algo en especial?
—No, parece que ir al baño la espabila. —me encogí de hombros y comenzamos a caminar en la dirección que ella me guió. — ¿Por qué te querés mudar? Pensé que estabas bien con tus amigos.
—Es que no da que yo esté ahí, ellos son pareja y aunque no me lo digan sé que necesitan su privacidad, y yo la mía, es mejor estar sola.
— ¿Y con tu mamá por qué no?
—Porque mi mamá es muy intensa, aparte está viviendo mi hermana con su familia y necesito tranquilidad, y estar cerca del trabajo y la facultad, ¿vos por qué no vivís con los tuyos? —preguntó enganchando su brazo con el mío mientras caminábamos. — ¿tu mamá no cuida a Lupe?
—Sí pero prefiero tener esa independencia con ella, y siempre quisimos vivir juntos con mis amigos así que me parece mejor tener nuestra propia casa, o nuestro lugar.
— ¿Alguna vez piensan vivir separados?
—No es que lo pensemos pero está pasando, dentro de poco se va a mudar con la novia uno de los chicos y vamos estar más distendidos, aunque no era la idea, supongo que será así cuando Lupe crezca, vamos a necesitar nuestra propia casa.
—Qué divertido debe ser para ella vivir con todos tus amigos, todos deben estarle encima.
—Sí a ella le encanta, parece el juguetito de todos. —le conté mientras me dejaba llevar al lugar que ella tenía que ir. No estaba muy lejos el primer edificio, de hecho al contarlo desde el mío eran cinco cuadras y cuando entramos, un señor estaba esperando para mostrarnos el lugar.
El departamento era chico, un mono ambiente con todo a la vista exceptuando el baño, estaba un poco viejo y había que pintar para que se viera más luminoso ya que el color ocre que tenía apagaba muchísimo, la parte de la cocina también tenía que ser arreglada y aunque Aitu era muy educada, su expresión al mirarme me hacía entender que no pensaba ni loca alquilar ese lugar. El precio era razonable según parecía para ella, pero quedó en mantener el contacto para darle una confirmación ya que le pedía un depósito elevado, y una vez terminada la visita y la conversación con el hombre, nos fuimos a visitar el próximo.
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Más de Dos.
Teen FictionSantiago tenía pocos objetivos que cumplir en la vida para considerarse satisfecho, terminar el colegio, trabajar, terminar una carrera y seguir la línea de vida de cualquier chico de su edad, pero su plan se vio afectado cuando su novia, a los diec...