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 Santiago.

Estipulaba que fueran dos semanas de pura concentración y estrés por los parciales, quizá un poco menos pero importaba exactamente cada día que contaba uno menos para estar con Aitana. A lo largo de las dos semanas, nos poníamos periodos de tiempo cortos para reencontrarnos, en siete días nos vimos tres veces y en la segunda semana, siendo más corta porque el fin de semana podíamos vernos, solamente fueron dos días que tuvimos para aprovechar, sin contar el tiempo que le otorgábamos a cada día, normalmente más de tres hora era mucho y se hacía más difícil la espera a la regularidad, pero poco a poco se iba asemejando todo, así como nuestra nueva normalidad que iba a ser con Lupe incluida.

Asimismo, las semanas me sirvieron para estudiar cada detalle de Caro, yo creía que Aitu estaba diciendo cualquier cosa, no se conocían entre sí y puede que mi amiga fuera un poco celosa y se preocupaba demasiado por Lupe, pero por si acaso presté atención y seguí sin notar nada extraño. Estaba acostumbrado a que ella interfiriera en las actividades de mi hija, le cocinara, jugara con ella y a veces hasta la retara cuando hacía algo que no debía, siempre confié en el título que le di en su vida y Caro sabía cómo hacerlo valer, todo era normal hasta que le hablaba de Aitu y su cara no demostraba mucho entusiasmo, así que aproveché cuando estuvimos solos, e indagué en el tema.

— ¿Cómo te fue en el examen?

—Bien, creo que bien, me dan la nota en quince días más o menos.

—Uh bueno, ¿cuándo es el último?

—Hoy, pero estoy desconectando un poco antes de seguir repasando. —le comenté mientras me preparaba un mate cocido. —Me voy a ir un ratito antes, arreglé con los chicos para repasar en grupo.

— ¿Y Lupe?

—La llevo a lo de mamá que van a ir mis tíos con Romi y Hele.

—Ah bueno se va a divertir al menos un rato, ¿después vienen para acá o se quedan a dormir?

—Solamente ella, yo me voy y le pedí a Juan que la pasara a buscar mañana a lo de mamá para que me la llevara después.

— ¿Te la llevara?

— Sí a lo de Aitu. —le dije y ella levantó ambas cejas sin decir nada. —Así se conocen.

—Ah mirá vos, qué bueno.

—Sip, ¿vos qué onda... qué pasó con ese chico que me habías contado?

— ¿Lucas? Nada, solamente nos vimos un par de veces pero no más que eso.

—Yo pensé que ya estaban de novios.

—Nah, no tengo ganas de comprometerme en este momento, mucho trabajo y poco tiempo, prefiero algo más casual.

—Me imagino, yo también pensaba así pero desde que estoy con Aitu es más simple, capaz lo que te falta es encontrar a alguien que valga la pena y te revierta esa idea.

—Puede ser, no es el momento.

—Bueno voy a seguir repasando antes de irme, no nos esperen para cenar, ni almorzar y tampoco para merendar mañana, aviso si vuelvo a cenar.

— ¿No te parece mucho tiempo para Lupe? —me preguntó y ahí estaba intentando darme cuenta que eso fuese negativo, pero no lo sentía así. —digo, si no se llevan bien...

—Eso no va a pasar y Lupe va a estar contenta porque vamos a hacer muchas cosas.

—Bueno como digas, suerte.

Más de Dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora