33.

701 72 137
                                    

Mia.

-Escúchame bien, esta será la última vez que voy a explicarte las cosas, si hay algo de lo que me caracteriza es que soy demasiado sincero y sabes de sobra que en todo esto no me he victimizado, admití que fue un error y me defendí con los recursos que tenía en mis manos entonces si quieres después de que sepas mi versión tienes dos opciones; creerme y dejar todo esto atrás o seguir creyendo que soy un monstruo abominable e irte al diablo porque yo particularmente estoy cansado de este tira y hala.

-Baja tu tono de voz, si estas acostumbrado a hablarle a los demás así conmigo eso no va, imbécil -dije rechinando entre dientes.

Los dos estábamos de frente, él se notaba tenso, una vena palpitante rodea por su cuello y tiene los puños apretados, por un impulso nervioso retrocedo y choco con una de las columnas.

-¿Estás seguro de que quieres hablar de esto aquí?-señaló con la mirada el cúmulo de personas que vienen saliendo.

Axl miro a su alrededor y luego se fijó en mí, me tomo de la mano y nos adentramos en el juzgado, el caminaba demasiado rápido y a mí me costaba seguirle el ritmo tanto así que por poco me caía de boca. Llegamos a un pasillo con muchas puertas y una de ellas era el baño de mujeres, entramos y el cerro con bastante fuerza. Ambos respirábamos agitados, yo me pegue de la cerámica del lavabo tratando de recuperar el aliento y él se apoyaba de unos de los cubículos. Cuando parece ser que pudo recuperarse soltó de golpe.

-¿Alguna vez te preguntaste por qué me fije en ti y por qué he insistido tanto para que estemos juntos?

Cerré los ojos y respiré profundamente, la verdad es que me hago esas preguntas todos los días, sin saber que contestarle, busque dentro de mi bolso y saque un cigarro, el ambiente esta tenso que puede cortarse con un cuchillo, al menos si fumo puedo relajarme un poco o eso espero, lo encendí di una calada y deje escapar humo de mi boca viendo como el humo bailaba lentamente entre los dos.

Me rasqué la nuca y negué con la cabeza -¿Por qué viste que era un buen polvo?

-No, porque pensé que eras diferente, por desgracia todas las mujeres de mi pasado han sido unas locas histéricas de mierda y tu no eras así, eras relajada, te tomabas las cosas con calma, siempre tratabas de ver las cosas de otro modo antes de lanzar mierda, cuando estaba a tu lado me sentía en paz, no tenía que preocuparme por que malinterpretabas lo que decía porque poseías ese sentido del humor tan único y perverso.

Presione el cigarrillo contra el lavabo para quitar el sobrante de la ceniza
-Entonces ya no soy así, según tu.

-De repente te volviste insegura, no sabes lo que quieres, tengo que medir mis palabras porque no sé cómo vayas a reaccionar, además que te has vuelto muy pero que muy hipócrita.

Suspire pesadamente-¿Como quieres que reaccione? Te están acusando de golpear a tus novias, yo pase por lo mismo tengo miedo maldita sea.

-No tienes por qué temer, no soy un jodido maltratador ya te lo he dicho de todas las formas posibles -dijo entre dientes.

Entrecerré los ojos y me llevé el cigarro a los labios -¿Qué hay del vídeo donde dice Erin que la abusaste?

Axl rio sin ganas y negó incrédulo la cabeza -Ese maldito vídeo del que ella habla es una farsa, el vídeo lo hicimos para una canción, en el yo aparezco dándole unos latigazos, atándola y ella amordazada todo eso con bajo su consentimiento, al menos teníamos las pruebas para desmentir semejante estupidez.

-Al menos eso me calma un poco.

-¿Ya has podido eliminar todos tus temores sobre mi? -cuestionó con voz seria.

Camino a casa. [𝒆𝒏 𝒆𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora