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Axl.

Hace una semana Mía vio desde su auto como asaltaban a una vecina, entonces como ella tiene complejo de justiciera social fue a enfrentarse contra el asaltante. Mía según me contó aprovechó que el maleante estaba de espaldas e intento atacarlo con una sombrilla, pero él se dio cuenta y le apuntó con una pistola. Mia gritó, los vecinos escucharon el escándalo y llamaron a la policía, pero el asaltante escapó.

Ese mismo día me llamó aterrorizada al borde los nervios, al día siguiente prácticamente le obligue que se mudara de ese horrendo vecindario. Compton es demasiado peligroso, tiene uno de los suburbios más peligrosos de los Ángeles y todas las pandillas están congregadas allí. Ni idea de cómo diablos lleva cuatro años viviendo en ese infierno.

Hablé con mi agente de bienes raíces para buscarle un departamento en Malibu y que en principio este cerca de mi casa, los precios debido a la zona eran muy elevados para su presupuesto, yo le ofrecí pagarle el depósito, pero como la especialidad de Mía es ser una testaruda de primera no quiso recibir mi dinero por lo que ella está buscando por su cuenta un apartamento más económico al menos tiene pensando mudarse en Malibu espero que no sea tan lejos.

En lo que ella conseguía su nuevo departamento le ofrecí que se quedara conmigo, no podía correr el riesgo de seguir viviendo en esa asquerosidad llamada Compton, por lo que ofrecí que se quedara en mi casa, en primera instancia pensé en proponerle que se mudara, pero es demasiado pronto y como ambos somos dos alérgicos a cualquier cosa que implique una pizca de compromiso decline esa idea, es mejor llevar las cosas con calma, una de las razones por las cuales mis relaciones han fallado es por precipitar las cosas.

Mia se ha pasado toda una semana conmigo y su presencia hace que esta casa se sienta menos solitaria aportándole un poco de su calor, teniendola todos los dias durmiendo a mi lado ya no tengo esos sueños donde sale Stephanie e incluso mi estado de ánimo ha estado mejorando.

Ella se queja de que casi no salgo, en mi defensa en estos meses he estado tan jodido que no le encuentro el punto divertido el salir. Casi a la fuerza ella me obligo a ver una película en el cine, como todo lo que Mia me propone esto tampoco me da que es buena idea.

Para evitar que la gente nos interrumpa y que uno que otro paparazzi aparezca fuimos a un cine clandestino, allí solo hay dos o tres personas sumando los empleados, el lugar no era para nada bonito está muy abandonado, es lo que nos toca a cambio de tener un poco de paz. Decidimos entonces por ver "Pulp Fiction" era esta o Forrest Gump y mil veces prefiero una película de Tarantino. Terminada la película, salimos del cine hacia el estacionamiento trasero. Mia iba a agarrada de mi antebrazo bostezando y quejándose de que debía madrugar mañana.

—¡Santo cielo! Odio tener que madrugar.

—Tú fuiste quien decidiste salir en un día de semana.

—En qué demonios pensaba—escondió la cara en mi brazo y soltó un gruñido.

—No vayas a trabajar mañana, quedémonos en casa.

—Ah no, no señor, tú tienes que reunirte con la banda que ya van varias reuniones a las cuales faltan y yo—hizo una pausa y se detuvo—¿Escuchaste eso?

Fruncí el ceño—¿El qué?

Mia se despegó de mí y fue caminando despacio hasta al final del estacionamiento, fui detrás de ellas y se escuchaban unos pequeños lloriqueos que no lograba identificar si eran de un perro o un niño.

—¡Oh por Dios! Mira si es un perrito—Mia traía en sus manos algo parecido a un perro, pero más bien parecía un chupacabras.

—Mia suelta esa abominación.

Camino a casa. [𝒆𝒏 𝒆𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora