37.

630 65 60
                                    

Mia.

Al fin pude encontrar mi nuevo departamento, para suerte y alivio de Axl es en Malibú, cerca de su vecindario. 

Axl ha sacado de su tiempo para poder ayudarme un poco con la mudanza, hay un montón de cajas por doquier y todo es un desastre. Este departamento me gusto mucho que el otro, esta todo pintado de blanco aunque después opte por darle mas color, tiene bastante iluminación y es mas amplio.

Estoy en la cocina acomodando los platos y desde la isla de la cocina observo a Axl quien esta en la sala acomodando los cuadros, no puedo evitar pensar lo diferente que se ve ahora, es decir, cuando lo vi por ultima vez fue en una revista de 1989, llevaba puesto una chaqueta marrón, su pelo mucho mas largo y un montón de joyería puesta, muy diferente a como viste ahora; mas relajado, sencillo así como un tipo normal, es mas ni siquiera parece estrella de rock. Me recuesto sobre la encimera de la cocina que conecta con la sala y sonrío para mis adentros.

  —¿Sabias que la primera vez que te vi no te reconocí? 

  Axl termino de acomodar los cuadros, se volteo e hizo una mueca —Ya me lo habías dicho, según tu porque me veías diferente, no se a que te refieres.

—Es que te ves tan diferente ¿por que cambiaste tanto tu estilo de vestir? 

—Porque ya estamos en los noventa, si me seguía vistiendo así me vería desfasado.

—¿Por qué te deshiciste de toda la joyería que portabas? 

—Porque opte por un estilo mas relajado, todas esas joyas pesan como el demonio.

—¿Y por qué te quitaste el arete en tu pezón? ¿Qué culpa tenia ese arete? — hice un puchero y el negó con la cabeza, se acerco a mi, me tomo de las mejillas y me dio un beso seco en los labios.

  —Ya pareces caperucita, haciendo preguntas; "Abuelita ¿por qué tienes las orejas tan grande?" —afina la voz para imitar la voz de niña pequeña y yo estallo en risas. —Ademas si quieres estar con un cantante que tenga el mismo estilo de hace siete años puedes ir al Sunset Strip ahí todavía hay tipos que piensan que estamos en los ochenta.

Reí nuevamente y acaricie su nariz con la mía, el sonrió en respuesta —Esto fue lo mas cursi que hemos hecho, siento que voy a vomitar  —digo entre risas.

  —Pocas ocasiones concuerdo contigo —se da la vuelta y se dirige a las otras cajas. Yo sigo organizando las cosas en la cocina, me subo en la pequeña escalera para limpiar los gabinetes cuando escucho a Axl decir.

  —¿Que es esto? 

—¿Que?  —pregunto sin mirarlo.

  —Esta caja.

Aun en la escalera me giro y lo encuentro con una caja azul en las manos, fruncí el ceño porque no logro recordar que hay dentro de ella, Axl comienza a rebuscar y saca una rosa seca con algunas pintas de color azul y recuerdo el contenido  que hay en ella. Bajo rápidamente de la escalera y voy en dirección a Axl, este al ver que iba detrás de el se alejo de mi.

  —¡No Axl! No veas nada de lo que hay en esa caja, te lo prohibió —hago un intento por arrebartarsela pero el se aparta, parecemos dos niños correteando por toda la sala.

—¿Que puede haber? —murmura mientras sigue rebuscando —¿Que significa esta rosa? —toma la rosa y la pone delante de mi cara.

Yo resoplé algo frustrada, no quería decirle que rayos significaba toda la basura de esa caja, es tan vergonzoso.  

  —Oh por dios —dije en voz baja —Esa rosa, fue del día de tu cumpleaños, la guarde porque no se, fue un día muy bonito.

Axl sonrió de medio lado y continuo sacando cosas —¿Y estos tickets de cine?

Camino a casa. [𝒆𝒏 𝒆𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora